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Arroba de los Montes, Ciudad Real, Spain
PLATAFORMA CARPETANIA,

martes, 1 de marzo de 2016

COSTUMBRES MATRIMONIALES EN ARROBA DE LOS MONTES

MARÍA DOLORES FERNÁNDEZ MARTÍN
JESÚS VÍCTOR GARCÍA

Los novios y sus padres valoraban sobremanera las condiciones económicas del contrayente, quizá tanto como las virtudes morales o la inexistencia de defectos físicos. Eso justificaba también la alta frecuencia de matrimonio entre primos (cuya posición en buena lógica debía ser similar) sobre todo en pueblos de escasa población.
Postal enviada por un novio a su novia en 1952 en Arroba de los Montes.
Hasta bien entrado el siglo XX el traje de boda femenino era de color negro. El ajuar de la novia era expuesto toda una tarde unos días antes de la boda para familiares y amigos. Constaba de juegos de cama (sábanas), mantelerías, paños de cocina, toallas, visos, peinadores, pañuelos, bien planchado todo y puesto en varias habitaciones.
El novio aportaba como ajuar su ropa de vestir e interior: camisas, trajes, calzoncillos. La diferencia con la novia es que no aporta ropa de cama y no enseña el ajuar al publico.
Ajuar de ropa interior de una novia de Arroba de los Montes
El mozo que pretendía a una moza, se insinuaba o se lo decía a una vecina para que se lo comunicara a la afectada. Si la moza le parecía bien, quedaban a hablar en la ventana de la casa de ella, así se empezaban a conocer y tras un tiempo empezaban a pasear por las calles de pueblo en los días festivos; los noviazgos duraban 5 o 6 años por termino medio.
Los padres del novio iban a la casa de la novia a hacer la pedida unos meses antes de la boda, allí se fijaba la fecha y se ponían de acuerdo para ir a comprar los muebles.
Los padrinos eran quien se ofrecía para organizar el convite, ya que los padres estaban muy ocupados en sus actividades. Al primer niño del matrimonio le ponían el nombre que querían los padrinos de la boda, que a la vez eran los del primer hijo.
Los recién casados vivían con los padres de él o de ella, según donde había sitio,  hasta que se independizaban. “El casado, casa quiere
Corona y prendedor de azahar de 1960 de una novia de Arroba de los Montes
Las hijuelas eran documentos privados que ofrecen constancia de la posición en que se encuentran los contrayentes. Consigna lo que el contrayente aporta a la nueva sociedad familiar.
La hijuela de Eugenio Fernández López, casado el 24 de noviembre de 1915 tenía un valor de 2.327 pts y constaba básicamente de:
En cuanto a ropa:
Dos trajes, tres camisas, una manta, unas alforjas, dos pares de calzoncillos, dos camisones, dos chambras, dos pares de medias y cuatro pares de calcetines, una chaquetilla y unas botas.
Mobiliario de dormitorio matrimonial recreado en 1997 en la semana cultural en Arroba de los Montes.
En enseres:
una tarima, cuatro sillas, dos mesas, tres baúles, un arado, una trilla, dos tinajas, una azadilla, dos artesas, aceiteras, ollas, una tercer parte de una singer, dos cajones, una tabla de pan, unas trébedes, estera y cuartilla.
En cuanto a propiedades y animales para comenzar a trabajar para su casa:
25 fanegas de cebada, 31 de trigo, 1 jaca, 1 erala, 1/3 de vaca, 1/3 novilla, 6 cegajas y 2 cegajos, 25 colmenas, 3 cerdos, ½ cerquilla, 1/3 olivar, ½ cerca y 20 ptas en metálico.
En Arroba se sacaba" la media",que consistía en obligar al forastero que se hacía novio con una chica del pueblo a pagar una invitación a los quintos de ese año, ½ arroba de vino. Si alguno se negaba o se resistía, se le echaba al pilón.
Cuando la novia era de otro pueblo se "daba la mojiganga" que consistía en pasear a la novia montada en un burro por todo el pueblo.
Ajuar de camisetas de una novia de Arroba de los Montes
Los bailes eran punto de encuentro de los jóvenes, se realizaban en salones del pueblo. En el del tío Pepe, en los años 50 tocaban  los músicos locales y las chicas, no querían bailar con los que llevaban albarcas porque con la hebilla les arañaban las piernas o se enganchaban las medias.
El hombre elige, la mujer se limita a aceptar o no. Al menos no elige directamente, se hace notar, hará que el joven repare en ella, irá a la fuente con más frecuencia cuando sabe que él va a pasar por allí.
"Tengo una novia en Luciana;
tengo otra novia en Arroba;
si la de Luciana es bonita
la de Arroba lee gana"
 del libro 30.000 cantares populares

Los novios precisan aprobación o consentimiento paterno, que cambiará la elección si ésta no se adecua a sus intereses o a su gusto.
No salían solos, sino que llevaban una persona que les acompaña para asegurarse que se comportan correctamente (“cesta”).
Las madres desean que sus hijos se “recojan”, para que tengan quien les cuide, "casate porque el día de mañana cuando no este yo, quien te va a lavar la ropa y te va a cocinar".
La que iba embarazada se casaba de negro, también la que había tenido un niño o estaba de luto. La mujer que iba embarazaba se casaba al amanecer en la iglesia sola con los testigos y no se tocaba la campañas para que no se enterara el pueblo.
Las amonestaciones se hacían durante la misa, tres domingos antes de la boda.
Las bodas eran por la tarde normalmente y en época donde existía menos actividad agrícola.
Cuando salían de la iglesia iban a la casa donde se celebraba y en un cuenco o en bandejas se sacaban los bizcochos y el chocolate. Luego sacaban el refresco y con el mismo vaso de asa bebían todos metiendo el cuento del refresco sin alcohol. Luego sacaban la limonada ya con vino.

Después se cenaba caldereta de chivo o cordero y escabeche de peces o de bacalao y de postre arroz con leche. A continuación había baile en el salón del tío Pepe.

Cuando iban a acostarse los mozos por la noche "daban la cencerrada" que consistía en tocar los cencerros en la ventana donde se entendía que estaban durmiendo los novios
Según Julián López García autor del libro de la bibliografía , en las respuestas dadas por Piedrabuena al Cuestionario que en 1901 promovió el Ateneo de Madrid, en Arroba de los Montes, " el novio  le regalaba el día de la boda a la novia un conejo y una rosca". Se manifiesta así el deseo social de una pronta y frecuente fertilidad (“parir como una coneja”)
Como anécdota, en 1886, a 14 km de Arroba, en la localidad de Navalpino, una joven de 19 años se iba a casar con un sexagenario y acaudalado viudo, cuando un hijo de éste volvió al pueblo después de larga ausencia y se enamoró de ella. Mientras padre e hijo dilucidaban sobre cual se sacrificaba a favor del otro, apareció un tercero del que se enamoró a la muchacha ya cansada de tantas dilaciones. Los nuevos novios hicieron las amonestaciones y  se casaron rápidamente.
Postal bordada enviada por un novio a su novia en 1952 en Arroba de los Montes. De Victoriano Fernandez Ayuso a Sagrario Martín Sanchez.
Hemos revisado desde 1900 hasta antes del inicio de la Guerra Civil 1936 y la edad más común para casarse era de 21 a 24 años ellas y de 24 a 27 ellos. Hay que destacar que mientras ningún hombre contrajo matrimonio con menos de 20 años (con 20 años tan solo1), 20 chicas se casaron de 17 a 19 años y con 20 años exactos se casaron 19 mujeres.
Las que se casaban de 34 o más años, que no eran más de 6, eran viudas que a su vez matrimoniaban con viudos, salvo dos de ellas que eran solteras.
La diferencia de edad más notable entre la pareja, 24 años, se produce en 1924 entre un viudo de 42 años que casa con una chica de 18. Con 20 años se casan dos mujeres con sendos viudos que les sacan 19 y 17 años.  En algunos de estos matrimonios el hombre le lleva más de 10 años a la mujer. Sin embargo cuando ella es mayor que él, no lo es por más de 5 años.
Como segunda anécdota: contaba un señor que enviudó en 1911 cuando tenía 32 años, y que casó de segundas  en 1916, que cuando nació la que luego fue su segunda mujer y la vio, dijo, con esta me voy a casar yo. Y efectivamente luego se casó con ella y se llevaban 17 años.
BIBLIOGRAFIA:
Ideologías y ritos populares de nacimiento, noviazgo, matrimonio y muerte en Ciudad Real en el siglo XIX y XX. Julián López García. BAM. Diputación de Ciudad Real. 1ª edición 2002.
Versiones orales de los habitantes.



5 comentarios:

  1. El señor que dijo " con ésta me voy a casar yo" se llamaba Leocadio Lain Ortega.Y el bebé era Olalla Ruiz Victor.
    Estaban bautizandola en la iglesia del pueblo,y él pasó por allí y dijo esas palabras.
    Esto siempre lo contaba mi madre Manuela Lain Ruiz hija de ambos.

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  2. El señor que dijo " con ésta me voy a casar yo" se llamaba Leocadio Lain Ortega.Y el bebé era Olalla Ruiz Victor.
    Estaban bautizandola en la iglesia del pueblo,y él pasó por allí y dijo esas palabras.
    Esto siempre lo contaba mi madre Manuela Lain Ruiz hija de ambos.

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  3. Muchas gracias, lo sabiamos pero no pusimos los nombres de los protagonistas por si se molestaban los descendientes.

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  4. Si viviera algun hijo de ambos, se sentirian muy orgullosos de haberlo leido.Gracias

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