Jesús Víctor García
María Dolores Fernández Martin
Tras la compra de los Montes por el Ayuntamiento de Toledo, éste envió colonos para poblar sus nuevas propiedades. Esta labor le resultó más fácil que a sus anteriores propietarios porque el peligro musulmán ya había desaparecido en 1236, los castellanos habían entrado en Córdoba y en 1248 Fernando III conquistó Sevilla. Los castillos que se habían erigido en los Montes para vigilar las incursiones de los musulmanes perdieron su razón de ser y acabaron siendo abandonados.
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Posado de colmenas abandonado al lado del Castillo de Arroba foto Jesús Víctor García |
En la repoblación de la comarca tuvieron un papel protagonista los cuadrilleros de la Hermandad Vieja de Toledo, constituida durante el reinado de Alfonso VIII por la libre voluntad de los colmeneros, cazadores, ballesteros y leñadores habitantes de las aldeas de los Montes que decidieron hermanarse para la defensa común contra los golfines o bandidos que se buscaban refugio en aquellos parajes casi despoblados y cubiertos de una espesa vegetación.
La tradición fundamentada por la costumbres marca la forma de transmitir la propiedad, primero se ocupa la tierra instaurando una explotación apícola en una zona desocupada en los Montes de Toledo por ser un territorio con poco atractivo migratorio, este hecho se compensan con privilegios fiscales para hacer un foco de atracción para su repoblación.
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Colmenas marcadas en Arroba de los Montes en 1989 foto Jesús Víctor García |
Se instalaban apiarios o rejales de colmenas en las solanas de los montes, en pequeños claros o apegados a las peñas que luego eran cercados con paredes de piedra para protegerlas de los osos Estas colmenas se colocaban unas soleras, generalmente de pizarra, para protección de las humedad y de los depredadores.
El primitivo derecho de propiedad pleno medieval se fundó en la mera ocupación de las tierras incultas. En este contexto histórico los mecanismo de adquisición y acrecentamiento patrimonial era sencillo: en primer lugar se ocupa una tierra sin dueño, se colocaba mojones y lindes que por norma general no se escrituraban ante ningún escribano o notario.
Los moradores del termino vecino se limitaban a respetar el terreno acotado, reconociendo implícitamente la propiedad ajena. Este reconocimiento de la propiedad apícola se reforzaba por las Ordenanzas del ayuntamiento de Toledo, en le año 1352, no se podían instalar otras instalaciones apícolas, hacer rozas, contraer ni sembrar cultivos a 400 sogas de 4 brazos cada una.
Asimismo las posadas de colmenas constituyen un elemento vertebrador del territorio, alentando la explotación forestal e incremento de la renta. Algunos pueblos como el de Arroba de los Montes o Navahermosa fueron antiguos asientos apícolas. A partir del medievo este procedimiento cayó en desuso ya que prácticamente todo el territorio tenia dueño. Una vez ocupado un inmueble apícola la tendencia general era transmitirlo de padres a hijos o bien de tíos a sobrinos y hasta entre hermanos.
En ocasiones la enajenación voluntaria y sin mediar transacción económica se produce en vida del donante, lo habitual es que un donante generoso favoreciese a un familiar directo con algunas colmenas o corchos para engrosar sus arras matrimoniales o calidad de la dote; existen varias escrituras documentadas en los Montes de Toledo. No obstante, por regla general, antes de morir, los dueños dejaban dicho a sus allegados sus ultimas voluntades, destacando que en tiempos pasados primaba la oralidad en este tipo de traspasos de propiedades familiares y personales.
En una economía como la de Arroba de los Montes era común el cambio de colmenas por otros bienes o servicios habituales en su entorno, existen contratos de compra-venta como el de “dos hermanos arrobeños Pedro y Manuel Gutiérrez a cambio de una cierta cantidad de dinero y una vaca en los Nogales a terminar de pagar el día de San Juan "(AMToledo, 15,VII,1743,leg.colmenas). También sabemos que antes algunas posadas eran asignadas gratis (por vía de merced) a una persona concreta o en pago de un salario a favor de la población.
ROBO Y HURTOS DE COLMENAS
Los hurtos y robos de colmenas en Arroba de los Montes eran duramente reprimidos por la justicia en la Antigüedad. Conocemos los hurtos de colmenas vivas que se vendían a muy buen precio, a juzgar por la ganancia que obtuvo un colmenero procesado en 1521 por haber vendido tres enjambres a un vecino de Arroba, habiendo recibido a cambio seis arroba de vino que valía a medio real la arroba aquí en la ciudad.
Un vecino de Arroba es procesado en 1506 por haber hurtado colmenas a finales de mayo, confiesa que con la fambre que llevava que se atrevió a castrar una colmena e saco de ella unos tres pedazos de panales e se los comió dellos e dellos guardó para la cena. Asimismo afirma haber robado trigo de un molino para acabar de sembrar una enmanga que tenia empezada a sembrar, porque le faltó trigo para la acabar de sembrar.
Otro caso de robo de colmenas ocurre cuando Pedro Zamorano, vecino de Arroba que confesó haber fecho y cometido furtos en diversos lugares e tiempos e a diversas personas, es condenado a penas de azotes, desorejamiento y destierro indefinido de Arroba y sus términos, moderando el rigor y usando de equidad.
En un documento del Archivo Histórico Nacional sin fechar dice hay un vecino de Arroba, llamado Bartolomé de Martos, de que se afirma que era grande ladrón.... y merecedor de graves penas es condenado a pena de azote, desorejamiento y destierro indefinido de Arroba y su termino.
Y para concluir en los Anales Toledanos de 1577, un granadino avecindado en Arroba de los Montes, cuyo nombre desconocemos, es azotado por la orden de Santo Tribunal Apícola.
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Inicio de la causa por robo de colmenas en Arroba en 1751, Caja 6237 Causa 985. Archivo Municipal de Toledo |
En mes de Febrero de 1751 el alcalde ordinario de Arroba dicta y manda que ninguna persona se entregase colmenas sin dar parte a sus dueños apercibiéndoles a los contraventores que "perderían las que en otra forma recibieren y además se le castigaría conforme a derecho". Ya que se habían dado varios casos de irregularidades en las compraventas de colmenas, como es el caso de un vecino de Fontanarejo de haberse llevado colmenas sin haberlas registrado de un vecino de Arroba, llamado Juan García Zumajo y de entregarles colmenas sin cuentas.
Un mozo de Arroba, llamado Miguel García, que estaba con su vacas en el collado de la Dehesa, vieron a un vecino de Fontanarejo, llamado Miguel Salinas, con una caballería menor y una carga de colmenas, sospechando por llevarlas tapadas por lo alto con una capa y por detrás de la caballería.
Continuando con los hurtos de colmenas, en el mes de marzo, a un vecino de Arroba, Francisco Fernández Ramírez le han faltado 6 colmenas herradas y a otro vecino de la villa de la Puebla de Don Rodrigo del Campo de Calatrava, le han faltado 4 colmenas herrada en la Cuesta del Chorro.
A empezar a hacer averiguaciones comprueban que las colmenas de la Cuesta del Chorro están en la fuente del Rubialejo en el termino de Arroba, en una posada que tenían Juan Zumajo y Lorenzo Parreño, Vieron que "había 4 colmenas recién sentadas, herradas con un hierro como este "A" y nuevamente señaladas con "+"; no sabiendo que hubieran comprados colmenas algunas".
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Explotación de colmenares de Arroba en 1751 según Jesús Víctor García, Caja 6237 Causa 985. Archivo Municipal de Toledo |
El vecino de Puebla comprueba que están herradas con su hierro con la letra A "abierto con un serrucho y una de ella tiene con navaja cruzado otra A invertida "en forma de estrella como tenia costumbre de realizar. Además constata que hay otra colmena suya con la señal A y por debajo del tempano, como dos o tres dedos hay una raja horizontal realizada con navaja.
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Parte exterior de una colmena tradicional en los Montes de Toledo según Jesús Víctor García |
Al cerciorarse de que las colmenas son de su propiedad pide al alcalde de Arroba que averigüe la propiedad de dicho sitio y se las lleve a la Posada del Chorro donde estaban y se le castigue según derecho. Las colmenas estaban recién puestas, sin soleras y con un poco de jara encima en la loma de la Sepultura en Puebla siendo traídas del Barranco de Valhondo.
Declara el sospechoso, Manuel Gómez Barrilero, "de 49 años poco mas o menos, como de dos varas y no muy recio, su color algo moreno, el pelo y barba muy cano de oficio de zapatero". Es separado del otro preso unidos por un par de grillos declarando que le dijo que trajera las colmenas y se las trajo y que no sabe los hierros y señales por estar rebozadas y no reparó por haberse puesto el sol. Que no se trajeron las cobijas ni soleras y que los churches se habían comido la cera. Esta plaga es la polilla de la cera "Galleria mellonela" cuya oruga se alimenta de los panales de abejas ocasionando un gran perjuicio al colmenero.
La palabra churche a quedado en la cultura local de Arroba como una persona que no sirve para nada, aparece en el vocabulario de Arroba y Villarta de los Montes como "hombre inútil y enclenque que quiere aparentar fuerza." o "persona revoltosa e inquieta en conducta. Normalmente, se llama así a los niños. ".
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"Churches" o larva de polilla de la cera (Galleria mellonela) en colmenas de Arroba de los Montes foto Jesús Víctor García |
Se le embarga una fanega de trigo y centeno que tiene sembrada. Sus vecina vecina, Isabel Domínguez que vivía en la calle del Pozo, para septiembre "en tiempo de uvas" y que le preguntaron a Manuel Gómez Barrilero que traía escondido, respondiendo que unas uvas y membrillos, después vieron que se salto un cerca y soltó allí un poco de cera, que decidieron esperar y llevársela para venderla diciendo que "el que hurta a un ladrón gana cien días de perdón"
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Cera de abeja secándose al aire libre en Arroba de los Montes, el precio de la cera era muy alto por lo que su robo era habitual en el siglo XVIII. foto Jesús Víctor García |
Embargan al otro sospechoso, Gregorio Granizo, al estar en paradero desconocido, "un pollino viejo de pelo recio y un pedazo de siembra que tiene arrendado de la Cofradía del Consuelo". Se abre diligencia para su busca en el pueblo vecino de Piedrabuena no siendo localizado. "Tiene 35 años, poco mas o menos, de mediana estatura, buen color, carirredondo, hoyo en la barba, pelo, cejas y pestañas castaño y los ojos como pardos, de oficio trabajador".
Días después es preso el otro sospechoso en Helechosa, Francisco Mendiola Rojo "de 34 años poco mas o menos, su estatura como de 2 varas, bastante recio, su color muy rojo, carilargo y pecoso, pelo, barba y cejas rojos y los ojos como pardos claros, trabajador". Es llevado a la cárcel real de Toledo, declara que las colmenas vendidas pertenecía a su tío Manuel Mendiola, Dice que no ha vendido cera cuando había vendido en San pablo unas 10 libras por los Santos y se le embarga una fanega de trigo.
Antes estas declaraciones se dicta el ingreso en prisión publica, se le embarguen y secuestre todos sus bienes poniéndolos en deposito en personas seguras. Gregorio Granizo, Francisco Mendiola Rojo, y Manuel Gómez Barrilero fueron presos con la asistencia de dos soldados del regimiento de las guardias españolas y entregado al alguacil para la guarda y custodia necesaria.
Practicadas las diligencias y por no tener seguridad en la cárcel de Arroba, dictan que los conduzcan a los presos al señor Fiel del Juzgado de los propios y montes de la imperial ciudad de Toledo llevados por el cabo de escuadra, Blas Mateo y el soldado Francisco Muñoz, que circunstancialmente se encuentran en la localidad, fueron llevados a Navalpino y los soldados se encargaron de conducirlo a la ciudad.
Estos soldados eran desertores y no pudiendo sacar mas provecho, en San Pablo de los Montes, llegando a la dehesa de la Jarala, soltaron a los presos de Arroba con la condición de que no volvieran al pueblo en 7 u 8 días.
Se buscan a los presos liberados por los desertores en los los mesones, iglesia y hospitales en los pueblos de Villarta, Helechosa, Garbayuela y Piedraescrita. En agosto debido a la recolección de los frutos se abandona la "forzosa" búsqueda .
Es detenido Francisco Mendiola Rojo por soldados en Menasalvas cuando buscaban a los desertores, para ser entregado a la cárcel de Toledo, esta preso en la cárcel real de esta ciudad al servicio de su majestad en el de las armas al no tener la robustez necesaria en los arsenales.
Los soldados desertores fueron detenidos en Navalucillos, el desertor Francisco Muñoz era natural de Ajofrín y el otro era Blas Mateo de Orgaz con licencia de su capitán, pertenecientes a la compañía de Juan Francisco Melgarejo, estos se habían echado a la briba (holgazanería o picaresca) estafando a las gentes de la comarca.
El desertor Francisco Muñoz es entregado por la justicia de Navalmoral de Toledo a un sargento y dos cabos del regimiento de Guardias Españolas requerido por el Marques de la Ensenada, Zenón de Somodevilla, "ordenando que no pusieran impedimento y facilitase el traslado del desertor, pagando los gastos puntualmente a los precios corrientes".
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Firma del Marques de la Ensenada, Caja 6237 Causa 985. Archivo Municipal de Toledo |
El Fiel del Juzgado dicta que es obligación de la Justicia del lugar llevar a los reos a la ciudad y que no dio "orden para que se los entregasen a los soldados" y en caso de no cumplir lo mandado el alcalde y el escribano "lo traerán presos y se embargaran sus bienes con penas de 20 ducados".
MARCAS O SEÑALES DE COLMENAS EN 1751
La necesidad de las marcas y señales en las colmenas eran imprescindibles para evitar los robos debido a su importancia económica para sus dueños, esta riqueza era defendida por sus propietarios originando muchas causas en la comarca de los Montes de Toledo.
Los robos se realizaban al inicio de a primavera, una de las razones es que pesaban menos al consumirse la miel almacenada en invierno y otra es porque estaban lleno de crías de abejas siendo posible enjambrarlas, ya que en una colmena se llevaban la madre y la enjambre. Los hurtos se realizaban al ponerse el sol ya que se recogían todas la abejas en la colmena, se tapaba con un trapo la boca que daba a la solera y se transportaba en un burro o mulo a otro colmenar.
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Marcas de colmeneros de Arroba 1751 según Jesús Víctor García, Caja 6237 Causa 985. Archivo Municipal de Toledo |
En la actualidad se marcan las colmenas con un código de números, que indican la provincia, el pueblo y el numero del propietario antes se marcaban al fuego las iniciales de su nombre y apellido en las colmenas de corcho.
Gracias a las causa por robos de colmenas en 1751 podemos saber las marcas o señales de colmenas y las ubicaciones de las colmenas en Arroba de los Montes.
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Gregorio Granizo acusado de ladrón de colmenas con varias marcas según Jesús Víctor García. Caja 6237 Causa 985. Archivo Municipal de Toledo |
Los ladrones de colmenas tienen varias marcas en las colmenas como ocurre con Gregorio Granizo que tiene 7 marcas o Manuel Gómez Barrilero, con tres señales.
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Marcas de Miguel Gómez, un indicio de robos de colmenas es las numerosas marcas que poseen según Jesús Víctor García |
BIBLIOGRAFIA:
-Colmenares, posadas y rejales en los Montes de Toledo en el siglo XVIII, Blog de Arroba de los Montes, 2022.
-Síntesis histórica de la Apicultura en Arroba de los Montes, Blog de Arroba de los Montes, 2012
-Arroba de los Montes del siglo X al XII, del mundo musulmán al cristiano, Blog de Arroba de los Montes, 2024.
-Ubicación de posadas de colmenas en Cabañeros en 1552 de Don Francisco Marañón según un documento de Arroba de los Montes, Blog de Arroba de los Montes,2021.
-La Apicultura en los Montes de Toledo: Cultura y Tradición , Miguel Fernando Gómez Vozmediano, Ramon Sánchez González. 2005 Asociación para el Desarrollo Integrado del Territorio Montes de Toledo.
-Los osos en un pueblo de los Montes de Toledo, Arroba de los Montes, Blog de Arroba de los Montes, 2011.
-Archivo Municipal de Toledo, Caja 6237, Causa 985, 1751.
-Archivo Histórica Nacional .Div. Her .Leg 24 N.º 26 1521, febrero, 16
-Archivo Histórico Nacional, .Div. Her. Leg. 80 N.º 13, 1506, junio ,3.
-Archivo Histórico Nacional, Div. Her. Leg. 80 N.º 3, 1506, Junio, 3.
-Archivo Histórico Nacional, Div. Her. Leg. 80 N.º 3
ANEXO: Firmas del documento de 1751, Caja 6237 Causa 985. Archivo Municipal de Toledo
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Antonio García, Sargento de la infantería española |
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Bernardino de Beizama, fiel del Juzgado Toledo |
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Diego Andrés Ríos y Mata, escribano Villarta de los Montes |
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Bernardo Delgado, teniente corregidor Villarta de los Montes
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Diego Martin Extremera, vecino de Puebla |
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Domingo Lázaro, vecino de Arroba |
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Eugenio Camarero de Lares, escribano de Garbayuela |
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Francisco León, sargento de Guardia Española |
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Francisco Mendiola Huertas, vecino Arroba |
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Francisco Romero, vecino de Arroba |
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Jacinto Pérez, alcalde de Arroba |
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Juan Sánchez Rubio, escribano Espinoso del Rey |
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Jerónimo Lucas Román, Regidor S. María Peñaescrita |
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José Fernández Cruzado, corregidor de Helechosa |
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Joseph Martínez, escribano de Piedrabuena |
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Juan Cabello, alcalde de Garbayuela |
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Juan Francisco Gutiérrez, alcalde de Arroba |
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Juan García Zumajo, vecino de Arroba |
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Manuel Eusebio Urbina, vecino de Arroba |
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Manuel Ladrón de Guevara, escribano de Toledo |
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Manuel Murga, escribano de Helechosa de los Montes |
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Miguel García, vecino de Arroba |
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Nicolás Juan de Paniagua y Toledo, regidor y fiel Juzgado |
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Tomas Gamero Carrillo, escribano de Arroba |
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Tomas García Ortega, alcalde de Piedrabuena |