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Arroba de los Montes, Ciudad Real, Spain
PLATAFORMA CARPETANIA,

lunes, 1 de abril de 2019

EL SANTERO DE LA ERMITA DE SAN MARCOS EN ARROBA DE LOS MONTES EN 1774

JESÚS VÍCTOR GARCÍA
MARÍA DOLORES FERNANDEZ MARTÍN



El día 30 de Noviembre, el alcalde de Arroba de los Montes, Francisco Antonio Gutiérrez, se entera de que se ha incendiado y quemado la ermita de San Marcos. Esta ermita pertenecía al término alcabalatorio del pueblo, concerniente al modo de repartir y cobrar las alcabalas. 
La alcabala fue un impuesto que gravaba el comercio que existía en el Antiguo Régimen en la feria de la ermita de San Marcos.

Ermita de San Marcos en 1827 en Arroba de los Montes (recorte del autor)
Ante este suceso, el alcalde, que no sabe escribir, manda averiguar la verdad y abre diligencias “para que se examinen los testigos, reos y cómplices que pudiesen ser habidos“ dando fe el escribano Mateo Gamero Carrillo y comunicándoselo al presunto autor, el santero de esta ermita llamado Ignacio Gómez.
El santero es citado ante el alcalde y jura “por Dios nuestro señor y una señal de la cruz en forma de derecho” declarando lo que ocurrió. Dice que por “causa de mojarse las cortinas” de la habitación que en esta ermita que tiene, hizo lumbre al lado de la habitación que da al monte para calentarse.
Mientras rezaba el rosario, en la noche del día 28, se queda dormido, despertándole el ruido que “daba el fuego fomentado de alguna chispa que saltase la expresada lumbre”. Ante el incendio de la ermita de San Marcos, el santero sacó la escalera de la ermita para subir al tejado por si podía apagar el fuego. Al no poder evitar la propagación de incendio por que se podía hundir el techo se “apeó y sacó todos los trastos que tenía la ermita dentro” siendo los siguientes:
Talla de San Marcos de Arroba de los Montes antes de ser restaurado (foto del autor)
-Un San Marcos de bulto
-Unas tres tablas que dicho santo tenía en forma de retablo
-Una lámpara de metal
-Dos candeleros y una campanilla
-Un atril

-Las andas del santo y mesa en que se ponían

-Una escalera

-Un hachero de madera

-Una mesa 

Candelero de la ermita de San Marcos en Arroba de los Montes (foto del autor)

Ignacio Gómez, el Santero,  entregó todas las pertenencias al vecino y mayordomo de la Cofradía de  San Marcos, Juan Fernández.

Le preguntan si estuvo solo para sacar los efectos citados y dice que “estaba solo sin que a ello se acompañase persona alguna” y que sucedió como a las 12 de la noche.

Esta pregunta viene ante la extrañeza de como siendo el santo y las puertas exteriores tan pesadas hallan sido sacadas por el solo ya que las “fuerzas del declarante no son equivalentes a él”. El santero que tiene 60 años y no sabe escribir dice "que fue solo, y que aunque es verdad son las puertas y el santo de bastante peso acaso el santo le daría fuerza para poder hacerlo".

Ante esta declaración el alcalde  manda que aprisione al santero Ignacio Gómez ante las sospechas de no declarar la verdad. También tiene que ver porque al parecer había tenido años atrás un pasado delictivo, ya que parece ser el mismo Ignacio Gómez que en 1741 se le abre una causa en Ventas "por resistencia y amenazas, siendo detenido en el Molinillo por su vida escandalosa y es trasladado a Toledo, aunque se escapa en Ventas, donde se quita los grillos amenazando a los aguaciles y se mete en casa del cura".

Es encerrado 
prisionero en la audiencia pública hasta que llegue el alguacil, que se encuentra ausente. El preso es trasladado a casa del alguacil, Sebastián Pérez, a las 8 de la mañana, cuando regresa:“condujo a su casa a Ignacio Gómez, reo que resulta de estos autos sin que el dicho hubiese tocado en Iglesia ni lugar sagrado alguno”.

Se sigue con las diligencias y se toma declaración a los vecinos de Fontanarejo, José Gómez y su hijo Anastasio e igualmente a Juan Salinas por estar próximos a la ermita de San Marcos. Se toma juramento a estos vecinos moradores y les preguntan: “si vieron cuándo se quemó la ermita, quién acompañaba al santero y si estaba él solo, a qué hora fue el incendio, qué personas vieron en aquel sitio al expresado tiempo examinando a éstas si fuesen de su expresado domicilio y cuando no”.

José Gómez de unos 45 años declara que el día que “ sucedió el incendio que se cita, por la tarde estuvo en su molino y aquella noche se vino del lugar a dormir y a otro día que sucedió el expresado fuego por la mañana fue a su molino en compañía de Juan “el portugués” y al llegar al cerro del Aguilero que está situado en la dehesa boyal de este lugar vieron quemada la ermita de San Marcos que se menciona y en aquel tiempo no vieron pasar a persona alguna, solo en el día antes de quemarse por la tarde, vio dos personas sentadas en el repecho que hay junto al Pontoncillo, pero no puede expresar quienes fuesen
Molino de Fontanarejo cercano a la ermita de San Marcos cuyo propietario en 1774 era José Gómez (foto del autor)
Se toma declaración pero no juramento, por ser menor de edad, a Anastasio Gómez, de unos 13 años declara “que la víspera del día que sucedió el incendio estuvo con su padre José Gómez en el molino que este tiene inmediato a la ermita que se refiere y en este día por la tarde le mandó su padre fuese por una carga de leña y la trajese a este lugar lo que con efecto hizo y a otro día por la mañana volvió en compañía del dicho su padre y Juan “el portugués” al expresado molino y en este día vio quemada la ermita que da fomento a estas diligencias. Igualmente declara que cuando iba a hacer la referida carga de leña, la víspera del incendio vio que en el repecho del Pontoncillo estaban sentados Felipe Gómez Barrilero, vaquero del lugar de Arroba y Gregorio Fernández que igualmente lo es de este lugar de Fontanarejo y que no vio a otra persona alguna".

Declara asimismo otro vecino de Fontanarejo, Juan Salinas de 31 años, “tiene un molino en las inmediaciones de la ermita que se cita, pero hace algunos días no ha ido a él”.

También se hacen averiguaciones en el pueblo de San Pablo de los Montes y extrajudicialmente se entera que el santero Ignacio Gómez tiene allí un hijo y unas cabras. En este pueblo se pregunta a Alfonso Rubio y otros ganaderos del lugar y respondieron que el “susodicho era poseedor de una mitad de la casa en que vive Hilario de la Cruz, su yerno en la población de este lugar al Barrio de los Nogues”. Esta mitad de la casa de Ignacio Gómez se embarga junto con “los demás bienes que fueran del susodicho” ante el alcalde de San Pablo y su escribano.

Estas diligencias finalizan cuando el 3 de Enero, el santero de la ermita de San Marcos, Ignacio Gómez, muere de muerte natural mientras permanecía aún en la cárcel. Así lo comunica el Alcalde de Arroba, al señor Fiel del Juzgado el 8 de Enero de 1775.

Firma del escribano de Arroba de los Montes Mateo Gamero Carrillo (recorte del autor)
Las personas protagonistas de este suceso son:

-Francisco Antonio Gutiérrez, alcalde de Arroba 1774
-Manuel Carazo, alcalde de Arroba 1775
-Ignacio Gómez, santero ermita San Marcos de Arroba.
-Sebastián Pérez, alguacil de Arroba.
-Mateo Gamero Carrillo. Escribano y cuadrillero de Arroba en 1774.
-Felipe Gómez Barrilero, vaquero de Arroba
-José Gómez, alcalde de San Pablo.
-Tomás Cañamaque. Escribano de San Pablo.
-Hilario de la Cruz, vecino de San Pablo y yerno del santero.
-Manuel Muñoz, alcalde y escribano de Fontanarejo.
-José Gómez, su hijo Anastasio y a Juan Salinas vecinos de Fontanarejo.

BIBLIOGRAFIA:

- Archivo municipal de Toledo:       Caja 6238         Causa 1001
                                                                  





LIBELULAS EN ARROBA DE LOS MONTES

JESÚS VÍCTOR GARCÍA

Las libélulas y caballitos del diablo, son unos insectos que habitan en zonas húmedas como ríos, lagunas, acequias, charcas.
Charca en Arroba de los Montes cuyo hábitat es idóneo para las libélulas y caballito del diablo (foto del autor)

Las libélulas cumple una función vital en los ambientes acuáticos de nuestro pueblos y su presencia es un bioindicador de la calidad del agua de nuestras charcas.
Libélula Sympetrum fonscolombii en Arroba de los Montes (foto del autor)
Estos insectos además de bioindicador de la calidad del agua es además un gran depredador de insectos como los mosquitos sirviendo para el control de estos insectos.
Libélula de vientre plano o Libellula depressa en Arroba de los Montes (foto del autor)
Las libélulas son diferentes a los caballitos del diablo, las primeras tienen las alas separadas horizontalmente y ligeramente inclinadas abajo y adelante, mientras que las segundas tienen las alas pegadas al cuerpo cuando están en reposo. 
Caballito del diablo o Lestes dryas con las alas pegadas al cuerpo en reposo en Arroba de los Montes (foto María Dolores Fernández)
Además las libélulas el segundo par de alas es mas acho que el primero y los ojos los tienen juntos mientras que el caballito del diablo tiene las alas juntas y los ojos están separados.
Caballito del diablo o Lestes viridis en Arroba de los Montes (foto de María Dolores Fernandez)
Son animales de sangre fría que cuando son adultos necesitan  tomar el sol en ramas y piedras o refrigerarse cuando se colocan con la cabeza hacia abajo y el cuerpo perpendicular para reducir su superficie y no sobrecalentar su cuerpo.
Libélula Aeshna mixta en el rio Guadiana en Arroba de los Montes (foto de María Dolores Fernández)

Las libélulas son muy territoriales, atacando al que invade su territorio sobre todo cuando realizan sus vuelos nupciales.
Libélulas copulando en Arroba de los Montes (foto de María Dolores Fernández)

Durante su cúpula, los machos sujetan a las hembras por el cuello empleando sus apéndice anales en el caso de los Anisopteros y en el protórax en los zigopteros.
Libélula Anax partenope apareándose en Arroba de los Montes (foto del autor)

Las libélulas ponen los huevos en el agua o cerca, al eclosionar en ninfas se alimentan de larvas  de mosquitos y pequeños crustáceos.
Imago de libélula de ortretum cancellatum de Arroba de los Montes (foto de María Dolores Fernández)

Cuando termina su desarrollo como larva empieza su proceso de metamorfosis se transforman en un imago que posteriormente se abre la piel en un punto débil, emergiendo un ejemplar adulto.
Libélula tigre o Onychogomphus forcipatus recién salida de su imago en Arroba de los Montes (foto del autor)
La anatomía de la libélula con línea corporal alargada junto con sus cuatro alas potentes hace que tenga una gran maniobrad y grandes velocidades.
Ejemplar de libélula Ortretum cancellatum hembra en Arroba de los Montes (foto de María Dolores Fernández)
Algunos machos de las libélulas tienen uno colores llamativos que sirven para atraer a las hembras en el cortejo.

Macho de Ortretum cancellatum macho vigilando su territorio en una charca de Arroba de los Montes (foto de María Dolores Fernández)
La temperatura en verano va aumentando poco a poco en España, por lo que las libélulas africanas son atraídas al tener un hábitat parecido a su país de origen.
Crocothemis erytharaea, libélula invasora africana en Arroba de los Montes (foto del autor)
Las libélulas tienen depredadores como pájaros, ranas y arañas contribuyendo a un equilibrio ecológico en las charcas de nuestro pueblo.
Caballito del diablo o Lestes viridis devorado por una araña en Arroba de los Montes (foto de María Dolores Fernández)