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Arroba de los Montes, Ciudad Real, Spain
PLATAFORMA CARPETANIA,

domingo, 1 de julio de 2018

HERRAMIENTAS ANTIGUAS EN LA APICULTURA TRADICIONAL EN ARROBA DE LOS MONTES

JESUS VICTOR GARCIA

En la repoblación de la comarca tuvieron un papel protagonista los cuadrilleros de la Hermandad Vieja de Toledo, constituida durante el reinado de Alfonso VIII por la libre voluntad de los colmeneros, cazadores, ballesteros y leñadores habitantes de las aldeas de los Montes que decidieron hermanarse para la defensa común contra los golfines o bandidos que se buscaban refugio en aquellos parajes casi despoblados y cubiertos de una espesa vegetación.

Representación de la hermandad apícola en Toledo

La tradición fundamentada por la costumbres marca la forma de transmitir la propiedad, primero se ocupa la tierra instaurando una explotación apícola en una zona desocupada en los Montes de Toledo ya que era un territorio con poco atractivo migratorio, por este hecho se compensan con privilegios fiscales para hacer un foco de atracción para su repoblación.
Grabado medieval representando a colmeneros sacando miel

Se instalaban apiarios o rejales de colmenas en las solanas de los montes, en pequeños claros o apegados a las peñas que luego eran cercados con paredes de piedra para proteger de los osos. Estas colmenas se colocaban unas soleras, generalmente de pizarra, para protección de las humedad y de los depredadores.

Camión de corcha en Arroba de los Montes (foto del autor)

Asimismo las posadas de colmenas constituyen un elemento vertebrador del territorio, alentando la explotación forestal e incremento de la renta. Algunos pueblos como el de Arroba de los Montes fueron antiguos asientos apícolas. A partir del medievo este procedimiento cayó en desuso ya que prácticamente todo el territorio tenia dueño.
Colmenar tradicional de corchos en Arroba de los Montes de 1989 en el Morro Espinusillo (foto del autor)

Una vez ocupado un inmueble apícola la tendencia general era transmitirlo de padres a hijos o bien de tíos a sobrinos y hasta entre hermanos. No solo se transmitían las colmenas, sino sus herramientas que han ido pasando de generación a generación así como sus conocimientos e instrucciones sobre el manejo de las abejas.


Las colmenas de Arroba de los Montes estaban fabricadas con la corcha de los alcornoques de su entorno, se prefería la corcha de los alcornoques de solana que de umbría por tener menos humedad ya que las abejas no suelen tolerarla. Las mejores colmenas son las que están en corcho por que las abejas están calientes en invierno y frescas en verano.

Las tiras de corcha se cocían con agua en grandes calderas y  con un cuchillo grande se cortaban las piezas para formar un corcho de colmena. Las colmenas se hacían redondas o cuadradas, siendo estas ultimas las mas elaboradas y de mayor producción.

viros o clavos de madera para unir los corchos de Arroba de los Montes (foto del autor)

Las diferentes piezas del corcho de colmena se unían con clavos de madera o viros de jara (cistus ladanifer) por ser una madera dura y resistente a las inclemencias del tiempo. En la parte superior del clavo de maderas a unos tres centímetros se realizaba una muesca que sirve para asegurar la unión de las dos piezas

Punzón de hierro para guiar a los biros de Arroba de los Montes (foto del autor)

Para facilitar el clavado de los viros se calentaban al fuego unos punzones de hierro y se introducían en las dos piezas del corcho.

Mazas de maderas para clavar biros de Arroba de los Montes (foto del autor)
Los viros se clavaban con unos martillos o mazas de maderas para unir las distintas piezas de las colmenas.
Los huecos y rendijas de la colmenas se cerraban con boñiga de vaca tierna o con tierra roja para impermeabilizar a la colmena y evitar la entradas de depredadores.

Colmena de corcho cuadrada unida con biros en Arroba de los Montes (foto del autor)
Los panales de las colmenas suelen llevar la dirección de las piquera de norte-sur y en raras ocasiones llevan dos direcciones, Las colmenas nuevas tiene tres trancas o travesaños que son los palos cruzados que se colocan en el corcho sirviendo para sostener los panales que van construyendo las abejas. Estos palos suelen ser de madroño (arbustus unedo) y en ocasiones de jara, cuando se realiza el primer castro o extracción de los panales de la miel se quita los primero palos o tranca. 
Existe la expresión de "te voy a meter hasta las trancas" que viene cuando venían años malos de hambre y había que sacar miel hasta la segunda tranca que cuando llegaba el invierno moría la colmena.

Tajaera o tajadera de 55 cm de largo de Arroba de los Montes (foto del autor)
La extracción de la miel se realizaba por la mañana temprano ya que con el frio las abejas tienen menos actividad, a continuación se encendían una hoguera con monte verde de romero y jaras para que echaran un humo denso y blanco. Se encendían cogollos de romero verde cortado el dia anterior para ahuyentar a las abejas.
Ahumador con ramas de romero o humo para ahuyentar a las abejas en Arroba de los Montes (foto del autor)
Para extraer los panales de la colmenas se usaba en primer lugar una "tajaera" o tajadera que servía para separar la cera de las paredes laterales del corcho. Se iba introduciendo de arriba a abajo y siempre con cuidado muy cerca del corcho para no dañar los panales.

Cucharas o paletas para extracciones de panales de miel de Arroba de los Montes (foto del autor)

Después de usar la tajaera o tajaderas se usaba la cuchara para extraer los panales de miel, siempre se cortaba el panal en la dirección del panal.
Estos panales de pasaba a un pellejo de cabra donde se introducían los panales y transpórtalos a las casa.

Pellejo de miel de Arroba de los Montes (foto del autor)
Antes los apicultores no usaban mascarillas o carillas, solían untarse de barro o se tapaban con lo tenían a mano. Con el tiempo se fabrican caretas con una rejilla de alambres para evitar las picaduras, 

Careta de colmenero antigua y otra del siglo XX de Arroba de los Montes (foto del autor)


BIBLIOGRAFIA:
-Agricultura general; que trata de la labranza del campo y sus particularidades; crianza de animales, propiedades de las plantas que en ellas se contienen, y virtudes provechosas a la salud humana, Gabriel Alonso de Herrera, 1790


QUE SON LAS LLEGAS DE LOS MONTES DE TOLEDO


VENTURA LEBLIC GARCÍA

Los Montes de Toledo fueron un territorio fronterizo difícil de colonizar no solo por los abrupto del terreno sino por la presencia de grandes yermos o “sislas” en campo abierto expuestos a correrías musulmanas que imposibilitaban el dominio efectivo del territorio, donde se levantaron castillos y torres a lo largo y ancho para protegerlo. Con el fin de estimular su colonización, se otorgaron fueros y libertades a todos aquellos que se arriesgaron a establecerse en el territorio. Después de la batalla de las Navas de Tolosa (1212) se extiende y afianza la colonización de estas tierras, naciendo pequeñas aldeas no exentas de otros riesgos en un espacio geográfico inestable, dominado por bandoleros de frontera que vivían organizados por sus jefes sin otra ley que la suya, en las espesuras de los montes, cometiendo asaltos, robos y enfrentamientos con los colonos que sin protección, sufrían el rechazo violento de estas gentes, muchos prófugos de la justicia o desertores de los ejércitos cristianos o musulmanes, conocidos como golfines.
Por este peligro común, aquellas familias pioneras de la colonización monteña, se organizaron en grupos o cuadrillas que se reunían ante la llamada o “apelatio” en reuniones o llegas, cuando se necesitaba. Armados con ballestas, lanzas y aquellas armas domésticas de las que disponían, les hacían frente empleando sus mismas tácticas de emboscada y guerrilla aplicando la “ley de la defensión” cuando no existía autoridad que lo hiciera por ellos. Para mantener una vigilancia y defensa permanente, crearon las “hermandades” a lo largo del siglo XII y XIII, en las que un grupo sostenido por los demás, prestaba un servicio a la comunidad. Estas reuniones para organizar estrategias defensivas fueron el origen de las llegas o llamadas y más tarde reuniones o juntas de cuadrillas. Cuando el territorio monteño pasó al dominio señorial de Toledo en 1246, existían varias hermandades que tenían por bases los castillos fronterizos. Siendo Toledo quien las reunifica para proteger los intereses de los colmeneros y apicultores que formaban el grupo más influyente en la economía que se generaba en estos montes y también con mayor riesgo por la depredación de los golfines. Naciendo así la Hermandad que por ser de las más antiguas existentes en el reino, se llamó Vieja de Toledo, que continuó celebrando llegas. En las sierras de Talavera aquejadas del mismo mal, se creó otra hermandad para combatirlo. En el año 1300 en la Aliseda del rio Estena cerca de la actual Navas de Estena, se reunieron las dos hermandades aprobando una carta institucional en la llega celebrada en este descampado, con el fin de aunar esfuerzos y medios para combatir el peligro común de los golfines. Se levantó acta, que hoy conservamos, siendo la primera conocida de una Llega. A las dos hermandades se unió más tarde la de Ciudad Real creada con el mismo fin. Esta lucha común dio como resultado la extinción de los golfines, en el reinado de Sancho IV de Castilla (1258-1295). Aunque el problema del bandolerismo permaneció y se hizo endémico con más o menos intensidad hasta el siglo XX.
Las primeras llegas se celebraron en descampados acudiendo las hermandades con sus tiendas y posteriormente en espacios cubiertos. Después de la división de aquella federación hermandina, celebraron su actividad institucional cada una en sus respectivas sedes construidas en las ciudades.
Los cuadrilleros, que formaban parte del brazo armado de la Hermandad, procedían de las aldeas monteñas y sus representantes acudían a las llegas como asalariados, en defensa de los intereses apícolas de los propietarios y de su propio trabajo. Sin embargo pronto se dieron cuenta que nadie atendía a los problemas del común de sus vecinos y se perdió el interés por la Hermandad. Algunos pueblos mantuvieron individualmente pleitos con Toledo desde el siglo XIV y ante la presión fiscal de su Ayuntamiento, los abusos de los Fieles del Juzgado, las amenazas toledanas, las arbitrariedades de los guardas, etc… decidieron mantenerse unidos en torno a las llegas agrupándose en las cuadrillas establecidas o distritos que comprendían varias aldeas, estableciendo una Junta de Cuadrillas que se reunía en Retuerta del Bullaque, donde además del reparto de las Tercias Reales con las que se beneficiaban desde tiempo inmemorial, trataban y discutían otros asuntos de interés comunal: concordias con Toledo, pleitos y reclamaciones, actualización de ordenanzas, arreglos de caminos etc… pese a la oposición de Toledo.
Estas llegas o Juntas de Cuadrillas, estaban compuestas por uno o dos representantes de cada lugar, elegidos por concejo abierto o designado por los regidores que estas asambleas populares, de fuerte tradición castellana, nombraban. Se calcula que a la Llega concurrían entre veinte a veinticinco procuradores.
Los enfrentamientos de las llegas con Toledo se hicieron frecuentes en el siglo XVII y XVIII tanto es así que en 1791, la Llega solicita al Rey por vez primera, la emancipación de Toledo y adquirir la independencia municipal, exentos del dominio señorial de su Ayuntamiento.
A principios del siglo XIX se inicia una revuelta campesina, llegando algunos concejos en 1811 a negar la autoridad de Toledo sobre ellos y sus montes. En la Llega de 1813 se redacta un manifiesto dirigido al Ayuntamiento de la ciudad que se reparte por sus calles y plazas, en el que los monteños expresan su voluntad de convertirse en villas de realengo, no reconociendo otra autoridad que la del Rey, en virtud de la Constitución de 1812. Sucedieron nuevas peticiones a las Cortes y en la Llega de 1814 se reafirman en desconocer la autoridad toledana en todo el territorio monteño y sus lugares poblados. En la de 1820 se solicita al Supremo Congreso Nacional, abolir el señorío toledano y todos los impuestos que percibía, para quedar en igualdad con el resto de los españoles. Se acuerda en esta misma Llega, entre otros asuntos, rechazar cualquier autoridad que nombre el Ayuntamiento de la ciudad en el territorio de los Montes de Toledo.
Y aparece en el horizonte histórico la fecha tan anhelada por los monteños. Por R.O. de 27 de septiembre de 1827, se ordena extinguir la mancomunidad de pastos, otorgando a cada población monteña una dehesa boyal, acabando así con el monopolio ganadero origen del atraso agrícola de los Montes, también esta R.O. deroga el impuesto del dozavo, y ordena “que a cada pueblo se le asigne un término de tierra correspondiente a su población y que se reparta entre los vecinos para que la descuajen y cultiven”. Con esta disposición se iniciaba la desconexión administrativa con Toledo, creándose los términos municipales. Concluido este objetivo y para mantener unido el territorio bajo una administración y autoridad judicial, se creó una Alcaldía Mayor en Navahermosa que pasaría a convertirse en el centro administrativo de los Montes de Toledo. En 1836 quedaba disuelto el señorío municipal de Toledo y que junto con las desamortizaciones de Madóz en 1855, dieron por concluido cualquier indicio de propiedad del Ayuntamiento toledano sobre su antiguos montes, alcanzando la emancipación plena todas sus poblaciones.
En 1833 se había dispersado y dividido el territorio entre dos modernas provincias, Toledo y Ciudad Real atendiendo a las vertientes del Tajo y Guadiana, y tres partidos judiciales, acabando desde los despachos, lo que voluntad del pueblo a través de las llegas, un ejemplo de “parlamentarismo rural”, había mantenido durante siete siglos.
Con las llegas actuales, se pretende recordar aquella institución monteña y castellana, adelantada en la representatividad comunal, tomando el testigo y mensaje de unidad heredado y así se mantiene hoy, como una de las señas de identidad de los Montes de Toledo y símbolo de pertenencia a una cultura común y solidaria en unos tiempos nuevos en los que permanecer unidos en la diversidad de nuestros pueblos es imprescindible para el desarrollo presente y futuro de la comarca.