MARÍA DOLORES FERNÁNDEZ MARTÍN
JESÚS VÍCTOR GARCÍA
Los novios y sus padres
valoraban sobremanera las condiciones económicas del contrayente, quizá tanto
como las virtudes morales o la inexistencia de defectos físicos. Eso
justificaba también la alta frecuencia de matrimonio entre primos (cuya
posición en buena lógica debía ser similar) sobre todo en pueblos de escasa
población.
Postal enviada por un novio a su novia en 1952 en Arroba de los Montes. |
Hasta bien entrado el siglo XX
el traje de boda femenino era de color negro. El ajuar de la novia era expuesto
toda una tarde unos días antes de la boda para familiares y amigos. Constaba de
juegos de cama (sábanas), mantelerías, paños de cocina, toallas, visos,
peinadores, pañuelos, bien planchado todo y puesto en varias habitaciones.
El novio aportaba como ajuar su
ropa de vestir e interior: camisas, trajes, calzoncillos. La diferencia con la novia es que no aporta ropa de cama y no enseña el ajuar al publico.
Ajuar de ropa interior de una novia de Arroba de los Montes |
El mozo que pretendía a una moza, se insinuaba o se lo decía a una vecina para que se lo comunicara a la afectada. Si la moza le parecía bien, quedaban a hablar en la ventana de la casa de ella, así se empezaban a conocer y tras un tiempo empezaban a pasear por las calles de pueblo en los días festivos; los noviazgos duraban 5 o 6 años por termino medio.
Los padres del novio iban a la casa de la novia a hacer la pedida unos meses antes de la boda, allí se fijaba la fecha y se ponían de acuerdo para ir a comprar los muebles.
Los padrinos eran quien se
ofrecía para organizar el convite, ya que los padres estaban muy ocupados en sus actividades. Al
primer niño del matrimonio le ponían el nombre que querían los padrinos de la
boda, que a la vez eran los del primer hijo.
Los recién casados vivían con
los padres de él o de ella, según donde había sitio, hasta que se independizaban. “El casado, casa quiere”
Corona y prendedor de azahar de 1960 de una novia de Arroba de los Montes |
Las hijuelas eran documentos
privados que ofrecen constancia de la posición en que se encuentran los
contrayentes. Consigna lo que el contrayente aporta a la nueva sociedad
familiar.
La hijuela de Eugenio Fernández
López, casado el 24 de noviembre de 1915 tenía un valor de 2.327 pts y constaba
básicamente de:
En cuanto a ropa:
Dos trajes, tres camisas, una manta, unas alforjas, dos pares de calzoncillos, dos camisones, dos chambras, dos pares de medias y cuatro pares de calcetines, una chaquetilla y unas botas.
Dos trajes, tres camisas, una manta, unas alforjas, dos pares de calzoncillos, dos camisones, dos chambras, dos pares de medias y cuatro pares de calcetines, una chaquetilla y unas botas.
Mobiliario de dormitorio matrimonial recreado en 1997 en la semana cultural en Arroba de los Montes. |
En enseres:
una tarima, cuatro sillas, dos mesas, tres baúles, un arado, una trilla, dos tinajas, una azadilla, dos artesas, aceiteras, ollas, una tercer parte de una singer, dos cajones, una tabla de pan, unas trébedes, estera y cuartilla.
una tarima, cuatro sillas, dos mesas, tres baúles, un arado, una trilla, dos tinajas, una azadilla, dos artesas, aceiteras, ollas, una tercer parte de una singer, dos cajones, una tabla de pan, unas trébedes, estera y cuartilla.
En cuanto a propiedades y
animales para comenzar a trabajar para su casa:
25 fanegas de cebada, 31 de
trigo, 1 jaca, 1 erala, 1/3 de vaca, 1/3 novilla, 6 cegajas y 2 cegajos, 25
colmenas, 3 cerdos, ½ cerquilla, 1/3 olivar, ½ cerca y 20 ptas en metálico.
En Arroba se sacaba" la media",que consistía en
obligar al forastero que se hacía novio con una chica del pueblo a pagar una
invitación a los quintos de ese año, ½ arroba de vino. Si alguno se negaba o se
resistía, se le echaba al pilón.
Cuando la novia era de otro pueblo se "daba la mojiganga" que consistía en pasear a la novia montada en un burro por todo el pueblo.
Ajuar de camisetas de una novia de Arroba de los Montes |
Los bailes eran punto de
encuentro de los jóvenes, se realizaban en salones del pueblo. En el del tío Pepe, en los años 50 tocaban los músicos locales y las chicas, no querían bailar
con los que llevaban albarcas porque con la hebilla les arañaban las piernas o
se enganchaban las medias.
El hombre elige, la mujer se
limita a aceptar o no. Al menos no elige directamente, se hace notar, hará que
el joven repare en ella, irá a la fuente con más frecuencia cuando sabe que él
va a pasar por allí.
"Tengo una novia en Luciana;
tengo otra novia en Arroba;
si la de Luciana es bonita
la de Arroba lee gana"
del libro 30.000 cantares populares
Los novios precisan aprobación o
consentimiento paterno, que cambiará la elección si ésta no se adecua a sus
intereses o a su gusto.
No salían solos, sino que
llevaban una persona que les acompaña para asegurarse que se comportan
correctamente (“cesta”).
Las madres desean que sus hijos
se “recojan”, para que tengan quien les cuide, "casate porque el día de mañana cuando no este yo, quien te va a lavar la ropa y te va a cocinar".
La que iba embarazada se casaba
de negro, también la que había tenido un niño o estaba de luto. La mujer que iba embarazaba se casaba al amanecer en la iglesia sola con los testigos y no se tocaba la campañas para que no se enterara el pueblo.
Las amonestaciones se hacían durante la misa, tres domingos antes de la boda.
Las bodas eran por la tarde
normalmente y en época donde existía menos actividad agrícola.
Cuando salían de la iglesia iban a la casa donde se celebraba y en un cuenco o en bandejas se sacaban los bizcochos y el chocolate. Luego sacaban el refresco y con el mismo vaso de asa bebían todos metiendo el cuento del refresco sin alcohol. Luego sacaban la limonada ya con vino.
Después se cenaba caldereta de chivo o cordero y escabeche de peces o de bacalao y de postre arroz con leche. A continuación había baile en el salón del tío Pepe.
Cuando iban a acostarse los mozos por la noche "daban la cencerrada" que consistía en tocar los cencerros en la ventana donde se entendía que estaban durmiendo los novios
Cuando salían de la iglesia iban a la casa donde se celebraba y en un cuenco o en bandejas se sacaban los bizcochos y el chocolate. Luego sacaban el refresco y con el mismo vaso de asa bebían todos metiendo el cuento del refresco sin alcohol. Luego sacaban la limonada ya con vino.
Después se cenaba caldereta de chivo o cordero y escabeche de peces o de bacalao y de postre arroz con leche. A continuación había baile en el salón del tío Pepe.
Cuando iban a acostarse los mozos por la noche "daban la cencerrada" que consistía en tocar los cencerros en la ventana donde se entendía que estaban durmiendo los novios
Según Julián López García autor
del libro de la bibliografía , en las respuestas dadas por Piedrabuena al
Cuestionario que en 1901 promovió el Ateneo de Madrid, en Arroba de los Montes, " el novio le regalaba el día de la boda a la novia un
conejo y una rosca". Se manifiesta así el deseo social de una pronta y frecuente
fertilidad (“parir como una coneja”)
Como
anécdota, en 1886, a 14 km de Arroba, en la localidad de Navalpino, una joven
de 19 años se iba a casar con un sexagenario y acaudalado viudo, cuando un hijo
de éste volvió al pueblo después de larga ausencia y se enamoró de ella.
Mientras padre e hijo dilucidaban sobre cual se sacrificaba a favor del otro,
apareció un tercero del que se enamoró a la muchacha ya cansada de tantas
dilaciones. Los nuevos novios hicieron las amonestaciones y se casaron rápidamente.
Postal bordada enviada por un novio a su novia en 1952 en Arroba de los Montes. De Victoriano Fernandez Ayuso a Sagrario Martín Sanchez. |
Hemos
revisado desde 1900 hasta antes del inicio de la Guerra Civil 1936 y la edad
más común para casarse era de 21 a 24 años ellas y de 24 a 27 ellos. Hay que
destacar que mientras ningún hombre contrajo matrimonio con menos de 20 años
(con 20 años tan solo1), 20 chicas se casaron de 17 a 19 años y con 20 años
exactos se casaron 19 mujeres.
Las que se
casaban de 34 o más años, que no eran más de 6, eran viudas que a su vez
matrimoniaban con viudos, salvo dos de ellas que eran solteras.
La
diferencia de edad más notable entre la pareja, 24 años, se produce en 1924
entre un viudo de 42 años que casa con una chica de 18. Con 20 años se casan
dos mujeres con sendos viudos que les sacan 19 y 17 años. En algunos de estos matrimonios el hombre le
lleva más de 10 años a la mujer. Sin embargo cuando ella es mayor que él, no lo
es por más de 5 años.
Como segunda
anécdota: contaba un señor que enviudó en 1911 cuando tenía 32 años, y que casó de
segundas en 1916, que cuando nació la
que luego fue su segunda mujer y la vio, dijo, con esta me voy a casar yo. Y
efectivamente luego se casó con ella y se llevaban 17 años.
BIBLIOGRAFIA:
Ideologías y ritos populares de
nacimiento, noviazgo, matrimonio y muerte en Ciudad Real en el siglo XIX y XX.
Julián López García. BAM. Diputación de Ciudad Real. 1ª edición 2002.
Versiones orales de los
habitantes.
El señor que dijo " con ésta me voy a casar yo" se llamaba Leocadio Lain Ortega.Y el bebé era Olalla Ruiz Victor.
ResponderEliminarEstaban bautizandola en la iglesia del pueblo,y él pasó por allí y dijo esas palabras.
Esto siempre lo contaba mi madre Manuela Lain Ruiz hija de ambos.
Cuantas veces lo habre escuchado.
EliminarEl señor que dijo " con ésta me voy a casar yo" se llamaba Leocadio Lain Ortega.Y el bebé era Olalla Ruiz Victor.
ResponderEliminarEstaban bautizandola en la iglesia del pueblo,y él pasó por allí y dijo esas palabras.
Esto siempre lo contaba mi madre Manuela Lain Ruiz hija de ambos.
Muchas gracias, lo sabiamos pero no pusimos los nombres de los protagonistas por si se molestaban los descendientes.
ResponderEliminarSi viviera algun hijo de ambos, se sentirian muy orgullosos de haberlo leido.Gracias
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