PIEDRAS OSCILANTES O PIEDRAS CABALLERAS
Jesús Víctor García
Las piedras para el hombre primitivo es un símbolo de eternidad, energía, fuerza e invariabilidad que han sido adoradas según su forma o tamaño dándole un sentido mágico y religioso.
En España en época prehistórica donde se regia en torno a los dolmenes y megalitos, abundan las creencias y rituales entorno a estos elementos. La roca son erigidas en macizos aprovechando su forma estructural, el sitio no tiene tierra para sepultar a los muertos, por lo el cuerpo es colocado en una plataforma donde será devorador por las alimañas y expuesto a la inclemencia del tiempo. Posteriormente se erige una Memoria o cenotafio, por lo que se levanta un tosco ídolo levantado sobre un altar o ara natural representado por consiguiente una no sepultura.
Piedra Caballera de Arroba de los Montes |
Otra posibilidad es que los pobladores de aquellas épocas cuando llegaran el solsticio de invierno, movieran la piedra caballera para “despertar al sol”. Con pesos en una punta de la piedra y en otra levantando, moverían la piedra para despertar a la tierra ya que cada vez, los días solares son mas cortos. El día mas corto del año vendría marcado en una proyección solar a las 12 horas solar que correspondería a la Cabeza de la Sierra del Hontanar.
Cabeza en su proyección en el solsticio de invierno |
Las piedras caballeras siempre han sido un enigmas a lo largo de la historia, siempre a habido personas observadoras que se han preguntado su función.
Algunos autores aseguraba que eran transmisoras de señales que enviaban mensajes a larga distancia.
Ya desde la antigüedad algunos observaron estas piedras, Plinio el historiador y geógrafo romano comenta sobre los dolmenes y sobre las piedras oscilantes.”Y acaso fue de aquellas piedras gigantes que se llamaron piedras oscilanes o trémulas, puestas en tan maravilloso equilibrio, que el más ligero impulso las movía. Plinio cuenta de una que hubo cerca de Harpassa, pueblo asiático. “Cerca de Harpassa -dice-, pueblo del Asia, hay una roca inmensa, que con sólo un dedo puede moverse.”
En la época celta servían como piedras probatorias para demostrar que los acusados eran inocentes, si lograba morverlas se declaraban inocentes y si no, eran culpables.
En el dolmen de Abra, el significado es una abertura ancha y despejada que se encuentra entre dos montañas, es significativo que los dolmenes de la Sierra del Hontanar en Arroba de los Montes corresponde con este significado y además corresponde a un importante paso de Extremadura hacia la Meseta.
El hombre coloca la enorme piedra en un difícil equilibrio, mover este enorme peso es posible ya que en poblados situado a menos de medio kilómetros han movido piedras iguales o de mayor tamaño para construir una rampa hacia lo alto de una pequeña fortaleza.
Detalle de la Piedra Caballera o Oscilante de Arroba |
Para la mentalidad actual sin nuestra maquinas o grúas ven estas construcciones como meros accidentes naturales. En épocas anteriores el hombre aprovecha los accidentes del terreno, con palancas y con la colaboración de todos los miembros de la tribu realizarían con ingenio y con tiempo todo el conjunto.
Las funciones de este tipo de piedras han sido variadas según las diferentes culturas pero con un nexo común a todas ellas: su movimiento era indicativo de una determinada cualidad. Así, los celtas consideraban las piedras oscilantes como elementos cargados de fortaleza y resistencia, empleadas en los rituales religiosos para proteger a los hombres de las enfermedades y proporcionarles esa fuerza que ellas mismas poseían. Muchos pueblos del norte de la península Ibérica, han mantenido la creencia en el poder de esta piedras para presagiar acontecimientos o desgracias.
Las funciones de este tipo de piedras han sido variadas según las diferentes culturas pero con un nexo común a todas ellas: su movimiento era indicativo de una determinada cualidad. Así, los celtas consideraban las piedras oscilantes como elementos cargados de fortaleza y resistencia, empleadas en los rituales religiosos para proteger a los hombres de las enfermedades y proporcionarles esa fuerza que ellas mismas poseían. Muchos pueblos del norte de la península Ibérica, han mantenido la creencia en el poder de esta piedras para presagiar acontecimientos o desgracias.
Existen piedras caballera, abalar o andaderas en Muxia en la Coruña, en Soria en el municipio de Salduero.
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