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Arroba de los Montes, Ciudad Real, Spain
INVESTIGACION Y DIVULGACION DE ARROBA DE LOS MONTES

sábado, 1 de septiembre de 2018

LAS FIESTAS DE LOS TOROS ANTIGUAS EN ARROBA DE LOS MONTES

JESÚS VÍCTOR GARCÍA

Las corridas de toros son un espectáculo típicamente española y atrae a los españoles " tanto por su ritual sagrado cuanto por su deporte". Autores clásicos como Tito Livio escribían que los "antiguos hispanos conducían los astados bravos con toros mansos en sus desplazamientos" ya que España era un provincia romana que abastecía de estos animales para los circos.

Su origen se remota a los orígenes de la humanidad, Plinio el Viejo en su libro de Historia Natural dice que Julio Cesar instauro en el circo la lucha entre el toro y un hombre armado con la espada y un escudo. Ovidio también comenta el espectáculo llamado Karpoforo donde un hombre utilizando un pañuelo rojo obligaba a embestir al toro.

Rebaño de ganado vacuno en Arroba de los Montes (foto del autor)

Pero la tauromaquia se remota antes de los romanos, en la mitología griega se habla de la historia del rey Minos, Teseo y el Minotauro. También en Creta se celebraba en la plaza de Cnossos espectáculos de toros y en cuyo palacio se ven escenas de tauromaquia.

El arte de toreo nace en el pueblo, donde al principio se limitaba a conducir las reses bravas y mansas por el campo, después por las calles de una población para el sacrificio para luego ritualizarse en festejo donde la carne era consumida por el pueblo.

En la ciudades y villas de cierta importancia, en las fiestas bajomedievales, se celebraban corridas de toros o diversiones con ellos.  Era un entretenimiento frecuente  según esta reflejado en las ordenanzas locales y en las crónicas de los reyes de Castilla, siendo una fiesta muy valoradas por todos los estamentos de la sociedad.

El espectáculo se orienta al abandono de juego exclusivo de los estamentos mas altos a transformarse en un espectáculo publico realizado por hombres cuya consideración social es baja. Eran hombres con recursos económicos muy bajos pero en el ruedo se consideraban valientes por parte del publico. Los matadores podían ser desheredados si elegían esta profesión sin el consentimiento de su padres y además tenían prohibido desempeñar  el puesto de abogado y procurador porque "el que es capaz de lidiar por precio con una res brava, no dudaría en engañar y actuar de mala fe en los litigios".

Según Havelock, que destaca el gusto de los españoles por los rituales, para un "español.. el ceremonialismo es algo serio y real que abarca todos los aspecto de la vida y que no es menos formal y serio en la plaza de toros que en la iglesia". (ibidem;52)

Edgar Quinet, uno de los primeros aficionados franceses, consideraba a las corridas de toros como "el alma del pueblo "y se preguntaba si las cualidades mas fuertes del pueblo español "no son animadas por la emulación de los toros: la sangre fría, la tenacidad, el heroísmo y el desprecio a la muerte".
Continua que a través de las corridas de toros exalta al pueblo español en su historia diciendo "ni el soplo del Sur, ni la cortesía de los moros, ni el régimen monacal han podido ablandar a España, después que recibió la educación del centauro. De cuantos juegos disolutos la han preservado estos rudos juegos de fuerza. Siempre el toro ha combatido con ella...."

Hemingway describe una lidia improvisada "los participantes se abalanzaron sobre el toro, todos a una, con navajas, pinchos, cuchillo de carnicero y piedras; un hombre acaso entre los cuernos, zarandeado arriba y abajo, otro volando por el aire, seguramente varios agarrándole el rabo, un enjambre de macheteros, piqueros y puntilleros que lo acosan, se le echan encima y lo apuñalan hasta que el animal vacila y cae" 1932:24

Niño pequeño montado en un toro en Arroba de los Montes (archivo fotohistoria del autor)

El primer festejo según  Bourne lo sitúa en 1040, en Ávila , con motivo de la boda de Blasco Núñez y participaron moros y cristianos.  Otro festejo donde se matan unos toros con lanzas y flechas es en el año 1080, en Ávila , celebrados por el infante Sancho de Estrada.

En 1418 se agasajó a Juan II de Castilla con toros al entrar en la villa de Madrid, levantándose una plaza cuadrada de madera entre las Puertas de Segovia y de la Vega. En las Crónicas del condestable de Castilla a mediados de siglo XV, en Jaén nos relata que "un día antes que partiese mandó torear ciertos toros en el Alcázar de Bailen. Y al tiempo que se corrieron mandó soltar una leona muy grande que allí tenia, la cual espantó a toda la gente que andaba corriendo los toros". En 1466 un extranjero bohemio de viaje por España durante su recorrido en la ciudad de Burgos nos dice "En los días festivos tienen gran recreación con los toros. Meten dos o tres de una manada en la ciudad y los hombres a caballo los acosan y les clavan aguijones y flechas para enfurecerlos. Cuando están muy fatigados y lleno de saetas les sueltan dos o tres perros que muerden a los toros en las orejas y el mondongo. Su carne se vendió a los campesinos. En la fiesta murió un caballo y un hombre fue destripado y hubo otros muy accidentados".

Los Reyes Católicos recelan de los festejos taurinos y mas cuando Isabel la Católica asiste espantada a una corrida de toros en Medina del Campo donde mueren 16 personas mientras que su esposo, Fernando el Católico ve al toreo como una tradición musulmana siendo un error muy divulgado en la época.
Con la dinastía de los Austrias se pone de moda alancear toros a caballo ya que se consideraba un entrenamiento para la guerra y esta practica fue el origen del rejoneo. El propio Carlos V alancea los toros desde su caballo, con motivo del nacimiento de su heredero.

Con Felipe II se permite a los laicos participar en estos espectáculos (breve de Gregorio XIII, 1575) aduciendo el rey "que no piensa que se podrían suprimir nunca en España sin grandísimo disturbio y descontento de todos los pueblos". También este rey critica la falta de bravura de los toros, Así en el epistolario con sus hijas mientras se encuentra el rey y su corte en Lisboa (1582). Así comenta su expectativa ante los toros que se iban a correr al día siguiente, y posteriormente toma la pluma desilusionado para afirmar "que los astados habían sido ruinas".

En el siglo XVII el Arbitrio de Bienes del honesto trabajo y daños de la ociosidad de 1614 califica a los toros de fiesta cara, cruel, violenta y perniciosa para la sociedad y la economía. Menciona que durante la lidia morían en España entre 200 y 300 hombres por asta de toro cada año mas los accidentes por caídas de tablaos, ahogo de gentes a la salidas de plazas por las estrechez de las puertas, los mareos, atropellos de caballos, dardos clavados a los espectadores y riñas.

Mozos con "llamaeras " en Arroba de los Montes (Archivo fotohistoria del autor)
Los mozos del pueblo usaban llamaderas o aguijadas del boyero que consiste en "una vara que en su extremo tiene una punta aguda de hierro, que sirve a los boyeros o labradores para picar a los bueyes o mulas" y también servía  para guiar al ganado vacuno al extender la vara al lado del animal para dirigirlo.
El tratadista nobiliario Argote de Molina nos dice que "traen los toros del campo juntamente con las vacas a la ciudad con gente de a caballo con garrochones que son lanzadas con púas de hierro en el fin de ellos y encierranlos en un sitio apartado en la plaza donde se han de correr y, dejando dentro de el los toros, vuelven las vacas al campo y del sitio en que están encerradas sacan a uno a la plaza, que esta cercada de palenques, donde los corren gente de pie y caballo con las garrochas y andando en torno de ellas en caracol los hacen acudir a una y otra parte, otras veces echándoles la gente a pie, garrochas pequeñas y al tiempo les arremeten, echándoles capas a los ojos los detienen. Y últimamente sueltan alanos que haciendo presa en ellos, los sujeta y rinde".

La plaza y parte del tablado de Arroba de los Montes eran  el lugar de los festejos taurinos (foto del autor)


El arrendamiento de los derechos que el ayuntamiento de Toledo sobre las 18 aldeas de propios no se pagan por aldeas, sino por cuadrillas y se pagan en dinero y en especie que solía ser sobre unos 10 toros. De esto la  cuadrilla de Arroba paga en especie y en dinero en los años siguiente:

  -1557...….. 2 toros, 2 arroba de cera y 167.000 maravedíes
  -1567...….. 2 toros, media de cera y 242.000 maravedíes
  -1577... 2 toros, media arroba de cera y 248.000 maravedíes
  -1587...….. 2 toros, 3 arroba de cera y 292.000 maravedíes
  -1597...….. 2 toros, 3 arroba de cera y 233.000 maravedíes
La primera noticia de un festejo taurino en la comarca de los Montes de Toledo es la celebración de una corrida de toros en 1502 en el Castillo de Guadamur en la que asistieron el archiduque Felipe el Hermoso y la reina Juana de Castilla. Aunque anteriormente en el verano del año de 1444, a iniciativa del alcalde mayor de Toledo, se organizo una magna corrida de 8 toros que se celebro en la plaza de Zocodover el 8 o 9 de septiembre por el anuncio de la venida del príncipe heredero el futuro Enrique IV y "que se corran ocho toros e se hagan talanqueras".

En las corridas de los toros suelen haber broncas y peleas como ocurrió el 16 de Agosto de 1610 en los Yébenes cuando se inicia un proceso de homicidio abierto de oficio contra "Cristóbal Martin y ocho inculpados mas que intervienen en una pelea posterior a una fiesta de toros en la que muere Pedro de Arroba, y su esposa Lucia Jiménez queda herida de un escopetazo". 
De este mismo pueblo era el llamado "Hércules de los Yébenes" a inicio del siglo XVII que lidia toros enmaromado o forçados.

En 1636, en el pueblo de Navahermosa, ocurre otra pelea en un espectáculo taurino cuando varios vecinos ,Antón del Cerro, Juan de Escalona y Francisco Hernández,
alias el Moreno, que participan en una fiesta de toros en el pueblo y "llegando el toro de muerte a envestirles algunos de los que estaban, levantaron las espadas con sus vainas para resistirle, y de los golpes que tiraron se medio desenvainaron algunas de las dichas espadas, y cuando se fue el toro llegaron algunos mozos del lugar, que no conoció este declarante, alborotados, y algunos de ellos pusieron mano a las espadas y dieron una cuchillada a Alonso de Arroyo".
Detalle de la plaza de toros de Béjar del cuadro de Ventura Lirios, 1726
Con el tiempo las corridas de toros contaron con el apoyo del pueblo, de la realeza y hasta de la Iglesia. Esta ultima tenia una prohibición que según las Partidas se fundada en "la mala reputación de los matadores de toros y en este sentido los prelados no debían ir a juegos... entre los que se incluye lancear, bordar y lidiar toros ni otras reses bravas ni tampoco podrían ir a ver a los que lidian, por sacarlos de su sosiego". Tampoco los clérigos podían correr ni lidiar bestias bravas por precio "porque incurrirían en mala fama. Pero si las bestias hicieran daño a los hombres, en las mieses, viñas o ganados, los clérigos si esta facultados para seguirlas y matarlas". Surgen voces contra los toros por parte de la iglesia ya que hasta se celebraban en fiestas religiosas como el Corpus y Pentecostés.
Un documento del Consejo Real dirigido a la ciudad de Toledo y fechado en 1682 hace ver que los espectáculos taurinos no eran de agrado para la iglesia "no eran de agrado de dios que habían que suspenderlos para aplacar su ira". El clero tenia prohibido el espectáculo de los toros y recordado en el Sínodo Diocesano, enunciando que los cabidos, comunidades eclesiásticas y clérigos que " no den toros para que corran, ni dineros, ni otras cosa para comprarlos pena de excomunión mayor y de dos mil maravedíes aplicados para pobres y denunciador por la mitad". 


Localizaciones de acontecimientos taurinos antiguos en Arroba de los Montes (según el autor)

El divertimiento de nuestro pueblo consistía en celebrar las fiestas con novillos, participando los mozos en la capea en la plaza del pueblo. Algunas veces se prohibían las corridas de toros por la amenaza de la epidemia de la peste "la peste podía tener su origen en la corrupción del aire o en el contagio por esto cuando la epidemia era muy grande se suspendían las corridas de toros y representaciones teatrales y se "rogaba al pueblo que se evitase pecados y escándalos públicos".
Además las corridas de toros eran un freno para la salud publica ya que era un foco de transmisión de la peste por la concentración de la gente en estos eventos.

Algunas veces los gobernantes ante el pesimismo de la población autorizaba estos espectáculos para levantar la moral "el señor corregidor dijo que respecto de la epidemia que corre y que los ánimos del pueblo esta postrados y melancólicos tiene por de conveniencia publica que se corran seis toros en Zocodover"

Habían espectáculos taurinos en la romería de San Marcos, en la festividad de la virgen del Rosario, donde la finalidad de la diversión no consistía en la muerte el animal. Todo lo contrario ocurre en la fiesta de  San Roque, donde se sacrificaban un animal del resto de los demás llamada "vaca o toro de la muerte". 

Ante la falta de diversiones se favorecía iniciativas aparentemente con fines caritativos para servir de entretenimiento como  en la festividad de la virgen del Rosario "en vísperas de las fiestas de Nuestra Señora del Rosario, se encerraron los capeos para irlos soltando desde dicho corral a la plaza".

Virgen del Rosario de la iglesia de la Asunción de Arroba de los Montes (foto del autor)

La principal fiesta rural es la romería a San Marcos, las cofradías eran las organizadores, el 25 de Abril se celebraba una procesión y todo el pueblo junto con varias localidades de la comarca se reunía en la ermita, donde tenia lugar una misa cantada, A continuación se bendecía los campos, semillas, hierbas y ganado y la gente se dedicaba a comer en el campo, a correr los toros y a bailar.

Ya en un documento de 1613 dice "que el lugar de Arroba paga esta festividad con su rentas y tiene un toro con que se hace la fiesta acostumbrada a San Marcos".
También el 14 de Abril de 1614, la Real Chancillería de Valladolid ante el conflicto de Arroba de los Montes con Fontanarejo enuncia "porque la ermita esteba en la dehesa boyal de Arroba y que ésta es más antigua que el lugar de Fontanarejo y que la habían fundado Arroba, que la luce y repara y que corría toros y la carne se repartía entre los presentes de Arroba para limosna de la ermita".

La Hermandad de San Roque celebraba sus vísperas el día 15 de Agosto, vistiendo elegantemente y con la insignia de la hermandad, donde se celebraba una invitación como anuncio de la festividad de San Roque.

Cada año entraba un hermano nuevo, el cual tenia la obligación de comprar una vaca con un peso no inferior a trece arrobas, llamada "Vaca de la Muerte". Se lidiaba el día 16 de Agosto en honor de la festividad de San Roque. 

Músicos y vecinos de Arroba de los Montes subido a los carros en un festejo taurino en la plaza (archivo de Jesús Víctor García)

Después de ser lidiada, era sacrificada y repartida en partes iguales entre el numero de hermanos. Con la asadura, riñones y carne, si era preciso, se hacia una o dos comidas. En la comida concurrían todos los hermanos, si algunos hermanos por razones de fuerza mayor no pudiera asistir, se daba autorización para que otra persona le representara, haciendo frente por partes iguales a los gastos de dichas comidas. 
A estas comidas asistían también invitados por el hermano entrantes, los llamados "Diablos de la Hermandad", estos servían además como ordenanzas de la hermandad como músicos ya que tocaban el tambor y las castañuelas. 
Los hermanos solían reunirse en la casa del Hermano Mayor y levantaban acta de los acuerdos a que llegaban, que eran firmadas por todos los miembros. 

Según el acta del 17 de Agosto de 1842 se redactó los estatutos por los que había de regirse que son los siguientes:

1º) Al Mayordomo entrante se le obliga a poner una vaca o novillo que no tenga lesión alguna que le impida la lidia para el día de San Roque.
2º) Esta vaca o novillo deberá estar encerrada en el Corral del Concejo de la plaza, en la que serán responsables todos los mayordomos en caso de ocurrir algún extravío.
3º) Esta vaca o novillo responderá con el heno hasta completar las 13 arrobas que se abonará el precio corriente en la localidad.
4º) El mayordomo entrante abonará al párroco las víspera de San Roque, quedando a cargo de los demás hermanos los gastos de la función de San Roque, obligándose a dar los convites de los hermanos como de costumbre.
5º) La carne que sobre al mayordomo ha de empezar a cortar desde la pata del cuarto trasero y el peso ha de ser sin riñones, sin cabeza y sin asadura.

Escena de puesta de banderillas por una vecina de Arroba de los Montes en la plaza (archivo fotohistoria del autor)

Los festejos de las Fiestas Patronales se realizaban las conocidas "capeas" que consistían en la traída por los mozos de varias vacas de los vecinos que se encontraban en la "dula" del pueblo, y a las cuales se encerraban en el desaparecido "Corral del Concejo".
La dula según el diccionario de la Academia Española es "la piara del ganado mayor, a que cada uno envía sus bestias para que pazcan, y se guarda concejilmente por cuenta de todos los que en ella tienen alguna cabeza".
Corral del Concejo de Arroba de los Montes en la plaza, lugar para encerrar los toros ( archivo fotohistoria del autor)

Estos acontecimientos han dado nombre a calles del pueblo como la del "Tablado", siendo la parte cuadrada de la plaza mayor que da a la plaza del Ayuntamiento o la palabra "toril" que era un cercado para encerrar el ganado vacuno.  Los espectáculos se realizaban en la plaza donde se montaba el coso taurino, rodeándolo con carros, galeras y maderas para acotar la plaza y calles del pueblo. El tablado según el diccionario de Covarrubias de 1611 dice "tabulatum, el cadahalso hecho de tabla, del de el cual se ven los toros y otras fiestas publica"

Los Tablados cuando se construían además para los festejos taurinos también servían para diversos espectáculos como para representaciones teatrales como ocurre en 1623 en el vecino pueblo de Horcajo de los Montes cuando se abre una causa por toros sin licencia iniciada en Toledo contra alcaldes y regidores por que "han corrido toros, tenido representaciones y otras fiestas publicas sin haber pedido licencia donde se corre un toro y se hace una obra de teatro para la fiestas de San Antonio".  

El tablado junto al Ayuntamiento de Arroba de los Montes (foto del autor)

Además de celebrarse las corridas de toros en la población en las fiestas patronales de Agosto también se celebran en la romería de San Marcos ya en 1613 se refiere "en esta  dehesa boyal casi en la raya hacia el término del lugar de Fontanarejo está situada una ermita que llaman del Sr. San Marcos a cuya festividad acude mucha gente y allí se venden muchas cosas así de comer como otras mercadurías. El lugar de Arroba paga esta festividad sus rentas y tiene un toro con que se hace la fiesta acostumbrada a San Marcos".

Esto supuesto el lugar de Arroba en 14 de abril de 1613 en su Ayuntamiento acordó que pues "estaban en costumbre hacer las posturas de todas las cosas que en aquel día de San Marcos se vendían por las personas que venían a la dicha romería en provisión a que acudían tanta gente y se vendían cosas como si fuera feria".
Mapa ermita de San Marcos con su lugar de mercado y plaza de toros en el siglo XVII en Arroba de los Montes

Las infracciones mas comunes en los pueblos de los Montes de Toledo estaban relacionados con "los toros sin licencia" y por lo común se abrían procesos contra los alcaldes por haber permitido los festejos sin autorización.

En Agosto de 1615 se inicia en Arroba diligencias por toros sin licencia abiertas de oficio contra el alcalde y regidores que han realizado "una fiesta de toros y suyza" sin licencia. Cuando se sacrificaba el toro o vaca, los jóvenes se organizaban en grupos llamados "soldadescas o suizas" y después de lidiar al toro lo mataban entre todos con espadas, puñales, lanzas, navajas y otros objetos punzantes. Este hecho conocido como desjarretar al toro era sumamente peligroso porque muchas veces los mas osados eran herido por el toro. En estas fiestas era una ocasión propicia para que caballeros, mozos y valentones demostrasen su fuerza, valor y pericia para lucirse delante de las damas o sus paisanos.

Algunas veces en las "suizas" producían fatales accidentes que ocasionaban muertos, en 1632 en Navalucillos se abre una "causa por homicidio abierta para esclarecer la muerte de Gabriel del Cerro, que participa en una suiza y es pillado por un toro que le empuja hacia las lanzas de sus compañeros".

Otro fatal accidente ocurre en el vecino pueblo de Fontanarejo de los Montes en 1643, cuando muere una persona, por la embestida de un toro por ello se inicia "una causa por mal oficio publico abierta en Toledo de oficio contra los alcaldes y regidores, que permiten una fiesta de toros el día de Santa Ana en la que hay un herido. Se hizo una suiza de soldados y se mato un toro, si bien la res embistió a uno de los soldados, que muere a consecuencia de las heridas".

Espetón o lanza conservada por un vecino de Arroba de los Montes que servía para lancear a los toros  en las "suizas" (foto del autor)

El ayuntamiento de Toledo perseguía mas que la celebración de los festejos era la dejadez de las autoridades locales en solicitar el permiso que siempre era concedido.

Estos festejos taurino fueron un foco de conflictos entre los vecinos o pueblos limítrofes como ocurre en 1616 en la romería de San Marcos de Arroba de los Montes cuando "se inicia un proceso por lesiones abierto por denuncia de Juan Fernández Felipe contra Miguel Pérez, Juan Pérez y otros vecinos de Arroba, que dan de palos y de cuchilladas a un vecino que participa en la fiesta que se desarrolla en la ermita de San Marcos. La agresión se produce con una garrocha en el coso, es decir, en el espacio acotado para la fiesta de los toros, y la victima, del Molinillo, acusa también al alcalde Pedro Sánchez de Arance (Herance) de no remitir la causa".

Otro alboroto ocurre en Horcajo de los Montes en 1614 cuando "hubo una fiesta de toros en la cual al tiempo que se desjarretaba el toro hubo cierta cuestión de cuchilladas entre ciertas personas de que salió herido un vecino de Villarta (Villarta de los Montes)de una estocada en un muslo".

A consecuencia de los múltiples peleas, se van regulando para evitarlas, por eso los ayuntamiento deben solicitar licencia para celebrar las corridas en la que se matase a las reses y se prohibirse "correr por la calles, de día o de noche, novillos y toros de cuerda, a causa de haberse experimentado que de tales diversiones suelen haber muertes heridas y otros males y desgracias"

Los pueblos en general no se dan enterados de las regulaciones de los festejos taurinos y la autoridades no se daban por enterado ya que eran imposible detener estos espectáculos, aun así a  Arroba se le abre dos expediente por no solicitar licencia.

Uno en el Agosto del año 1629 donde se inicia un "proceso por toros sin licencia iniciado de oficio contra el alcalde y regidores, que organiza una fiesta el día de la Virgen de Agosto" y otro en 1713 donde hay una "causa por toros ilegales abierta de oficio contra el alcalde y regidores de Arroba al saberse que, con motivo de las fiestas de la Asunción y San Roque, se corrieron sin licencia en el pueblo varios toros, dos de muerte y alguno capeos".


Mozos de Arroba de los Montes con sus capotes dispuestos para torear a los toros (Archivo de Jesús Víctor García)

Las fiestas taurinas  tenían muchísima aceptación por los pueblos y ciudades y en ocasiones servían a los ladrones para robar mientras estaban disfrutando del espectáculo. Como el caso de "un gitano de Villanueva de los Infantes en 1706, que fue condenado a galeras por haberse llevado las alhajas que pertenecían a una imagen de la Virgen mientras el pueblo disfrutaba de los toros". 

Las vacas algunos años oponían resistencia y no podían encerrarse en el corral del concejo, por lo cual se metían en corrales que cedían los vecinos. Algunas veces los vecinos se negaban ceder sus corrales como ocurre en 1742 se inicia en Arroba de los Montes una causa por amenazas y lesiones abierta de oficio en Toledo cuando "Juan de Ayuso, regidor, al saberse que ha maltratado a una mujer que se niega a que se guarden en su corral los toros de la corrida, lo que enfada al regidor". Al parecer el alcalde se extralimita en sus funciones y quiere imponer su autoridad contra los demás.  Después de celebrarse la corrida de toros en la plaza de Arroba en la víspera de la Virgen de Agosto de 1742 unos de los regidores, Juan de Ayuso Ledesma, entró en la casa de un vecino y "asiendo a la mujer de este de la tirilla de la camisa, sacándola de ella hasta las puertas de dicha casa, diciéndola con voces muy descompuestas que también había para ella cárcel y un cepo, sin que para ello le hubiese dado dicha mujer motivo alguno".

El mismo conflicto viene meses después cuando un vecino se niega, en el mismo año de 1742, a dejar su  corral para encerrar los toros en la festividad de la virgen del Rosario. Se abre una "causa criminal contra Pedro Ayuso Ledesma, vecino y regidor de Arroba, por el alboroto causado en la detención de Mariano del Cerro, por negarse a dejar el corral para guardar los toros de la capea celebrada la vísperas de Nuestra Señora del Rosario den 1742".

Corral en ruinas, cerca de Los Martínez, que ha servido para las corridas de toros en Arroba de los Montes (foto del autor)
Con el tiempo las corridas de toros se alejan del casco urbano, la ultima celebrada en la plaza mayor fue en 1960,  y se organizan estos eventos a las afueras del pueblo en corrales grandes de ganado reforzado con carros y carretas de los vecinos. 
En los años 80 se celebran en plazas de toros portátiles que se montan alrededor del Granero del pueblo, hasta que en el año 2......dejan de celebrarse por motivos económicos.


BIBLIOGRAFIA:

-Archivo Ayuntamiento de Toledo.
caja 6214, causa 210.
caja 6218, causa 31.
caja 6233, causa 859
caja 6234, causa 894, 903.
caja 6237, causa 975.
caja 6250, causa 1450.
caja 6252, causa 1534, 1555.
caja 6336, causa 4093.

-Justicia y criminalidad en Toledo y sus montes en la Edad Moderna. Alfredo Rodríguez González

-Fiestas Populares en Arroba de los Montes, Revista de Estudio Monteños N.º 104, Luis Martin Martín, Asociación Cultural Montes de Toledo.

- Actitudes ante la muerte en Toledo de los Austrias. Fernando Martínez Gil.1984.

-Toledo y la crisis de Castilla 1677-1686. Fernando Martínez Gil.1986.

-La corrida de toros como ritual religioso. Willian H. Desmonde.

-Fortuna y lidia en el ordenamiento jurídico castellano medieval. María Encarnación Gómez Rojo. Universidad de Málaga. España. Revista de Estudios Histórico-Jurídicos XXXIV (Valparaíso, Chiles, 2012).pp. 195-236

-Los toros y la tauromaquia. Miguel Fernando Gómez Vozmediano.

-Diccionario de Autoridades de 1726






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