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Arroba de los Montes, Ciudad Real, Spain
INVESTIGACION Y DIVULGACION DE ARROBA DE LOS MONTES

viernes, 28 de noviembre de 2025

FRAGUAS Y HERREROS EN LOS MONTES DE TOLEDO

 JESUS VICTOR GARCIA

Introducción 

El herrero es la persona que tiene oficio en el trabajo de forjar, fabricar y reparar materiales de piezas de hierro. "El artífice que labra y pule el hierro, viene del latino Ferrarius, y posteriormente hace solamente herraduras para caballos y mulas". Para algunas culturas es un oficio sagrado, en el África Occidental, el jefe es también curandero y herrero, la tribu de los "fan" estima que el oficio de herrero como sagrado y nadie, a menos de ser jefe, tiene el derecho de atender la fragua.

El uso del hierro por parte de los humanos da lugar a un periodo llamado "Edad de Hierro" coincidiendo con la aparición de los primeros alfabetos. Este recurso no podía ser utilizado por los humanos porque el hierro funde a 1538 grados centígrados y los hornos no llegaban a esa temperatura. Los hititas, alrededor de 1500 antes de Cristo, consiguieron fundir el hierro y conservaron este conocimiento en secreto hasta que su imperio colapsó alrededor de 1200.

Cueva Clara, antigua galería de extracción de hierro en Navalpino foto Jesús Víctor García

Los primeros herreros tenían la dificultad de forjar el hierro al no conseguir la temperatura de fundición; los hornos eran de reducción directa, donde se alternaban capas de mineral de hierro y carbón vegetal (obtenidas de cepas de brezo tan abundante en la comarca), produciendo un hierro esponjoso que se iba golpeando continuamente para refinarlo.

La mejora de la técnica y sobre todo la abundancia de este mineral hicieron que fuera más rentable económicamente; harían al hierro un material primordial para la humanidad.

Oxihidroxido de hierro en Arroba de los Montes foto Jesús Víctor García

El hierro es muy abundante en la parte sudoccidental de la comarca de los Montes de Toledo. Son numerosas las minas explotadas antes de la llegada de los romanos, siendo fácil de observar nódulos de óxidos de hierro en forma de oligisto o hematites. En la actualidad existen topónimos referidos a la actividad de fundición del hierro en nuestra comarca, como son: Valdehornos, El Hornillo, Charcohornillo, etc. 

Hay referencias mal localizadas sobre la producción de hierro en los montes de Toledo antes del siglo XIII; Idrisi escribe: "Toledo tiene en sus montañas minas de hierro y cobre". Y es posible que la ciudad de Toledo desde la etapa islámica extrajo en estos montes mineral para abastecer la fábrica de armas de Toledo, que templaba acero en el Tajo; fue restaurada bajo Abd al-Rahmán II (822-852). 

Las normativas de precios fueron promulgadas por Alfonso X en 1268 en las Cortes de Jerez, fijando el precio a Toledo y a toda Extremadura; se menciona la importación de hierro de Ávila y Talavera, pero no se habla de los Montes de Toledo.

Oligisto y escoria en un horno de fundición en Arroba de los Montes foto Jesús Víctor García

Toda esta técnica de la forja del hierro se la debemos a los herreros, hombres cuya sabiduría era transmitida a sus descendientes o a sus aprendices principales. Los aprendices, en ocasiones, se forman e instruyen a base de golpes y, en ocasiones, huyen del taller. En el año 1632, el herrero de Ventas, Pascual García, agrede a su aprendiz. El mozo cuenta" que estaba trabajando en tirar un poco de hierro para clavos y empezó a decirle que sabía menos que el primer día, porque no acertaba a dar los golpes donde los había de dar con el macho". Discutiendo los dos, siendo el herrero  quien  golpeó con unas tenazas en la cabeza al pobre aprendiz.

En octubre de 1155, Domingo el Herrero (al haddad) aparece  en la lista de beneficiarios de la donación de los qaryales (aldea) de Artat y al Masgid de Alfonso VII, según un testimonio en árabe.

En la ciudad de Toledo, en el año 1175-1178, vivía el musulmán Al Ratáhi al Mawwáq en una casa en el barrio de la iglesia de Santa Justa, cerca de los talleres de los herreros. Con el tiempo se trasladan las fraguas fuera del interior de la ciudad, una medida adoptada en el siglo XVI para conseguir el embellecimiento de Toledo y evitar a grupos de artesanos que desarrollaban actividades que podían ser molestas o insalubres.

Unas de las primeras menciones en la comarca de los Montes de Toledo de un herrero está en una escritura hecha el 11 de mayo de 1257, en la que vende D. Juan de Fagaind, herrero del arzobispo de don Rodrigo Jiménez, la ración que tenía en Jumela, Inesa y Casar de Asno. 

El herrero era de vital importancia para los pequeños pueblos de la comarca, incentivando su asentamiento ofreciéndoles las fraguas del concejo, como es el caso de Arroba de los Montes  pagándole para su oficio 20 fanegas de trigo que a razón de 15 reales, bajo la regla del Quinquenio, importa 300 reales.

Arado de vertedera y romano en Arroba de los Montes foto Jesús Víctor García

En las ordenanzas de Navalpino de 1578, regula la actividad del herrero, piedra fundamental en la economía comarcal, disponiendo el cobro por aguzar un "calabozo"(herramienta para cortar monte), abrir la boca a un hacha, realizar un azadón o arreglar los arados. Señala las multas si falta el carbón, o no tiene los útiles necesarios para su oficio, y si se ausenta dejando abandonada la fragua del concejo.

Los concejos de los Montes tienen fragua y herramientas propias, y que junto con la taberna pública es uno de los pocos servicios municipales en la comarca de los Montes de Toledo: "otro si que dé el concejo al herrero en cada año 8 libras de hierro para reponer las herramientas de la fragua, las cuales sea obligado el herrero que cada año cogieren a tener reparadas tenazas y tajaderas y martillo y al cabo del año que cumpla las volverlas del mismo eso que se las dieran todas las dichas herramientas y todas las que más tuviere el dicho concejo".

"Otrosí que dé el concejo al herrero en cada año 8 libras de hierro para reponer las herramientas de la fragua, las cuales sea obligado el herrero que cada año cogieren a tener reparadas tenazas y tajaderas y martillos y al cabo del año que cumpla, volverlas del mismo eso que se las dieron todas las dichas herramientas y todas las que más tuviese el dicho concejo".

Cuando hay varios herreros, los concejos eligen al más idóneo, aunque en ocasiones esta elección es fraudulenta, como ocurre en Arroba en el año 1747 son denunciados los regidores porque "han manipulado la elección del herrero". En el año 1697 se ordena investigar la situación de Horcajo, después de que se tenga noticia de que ha habido algunos problemas para la elección del herrero por la oposición de algunos vecinos" 

Causa por manipulación de la elección del herrero en Arroba de los Montes. Archivo Municipal de Toledo, Caja 6237, Causa 982. Arroba. 1746

A veces, los herreros concejiles no cumplen con los trabajos encomendados por el concejo. En 1616, el herrero de Horcajo, llamado Leonardo de la Rocha, discute con el alcalde al negarse a realizar algunos trabajos que estaba obligado a realizar al concejo; en la discusión menosprecia al alcalde y se resiste a ser detenido. Uno de los trabajos de los herreros para los concejos era arreglar los cepos para los presos, como ocurre en Arroba en 1738 cuando el alguacil mayor le mandó hacer "un hierro de media vara de largo para que sirviese en el cepo para un preso".

De vez en cuando había intrusismo laboral, como ocurre en el año 1611 en Fontanarejo cuando es denunciado Bartolomé Felipe porque "usa el oficio de herrero sin estar examinado" o en el año 1770, en Fontanarejo se cuestiona su profesionalidad, iniciándose un proceso de injurias por la denuncia del escribano del pueblo "contra un pastor por decir que había falsificado la licencia del herrero". 

El oficio de herrero está vinculado con otros oficios bajo la sospecha de su profesionalidad; como ocurre con el herrero de Retuerta, es denunciado por otro vecino por "usar el oficio de herrador y de albéitar" en 1614. El mismo caso ocurre en Arroba en 1615 "contra los herreros y herradores de la cuadrilla, por usar el oficio de albéitar sin ser examinados", confesando que herró sin aprobación.

Uno de los trabajos del herrero y del albéitar, era quemar el carbunco que salía en la piel de los vecinos. Las moscas revoloteaban en la carne seca infectada que colgada en los patios de la casa,  estas picaban a los niños y contagia el carbunco bacteriano. 

Carta de examen del herrador y albéitar de Bartolomé Gómez.AMToledo Caja 6233 Causa 857.Arroba 

La licencia consistía en un documento firmado por herradores y albéitares mayores de la caballeriza del Rey: "Se dio licencia a… para que pueda usar y ejercer libremente en todos los reinos y señoríos de su majestad y asentar y poner...pública en todas las ciudades...lugares de los dichos reinos y señoríos y, en lo tocante a la albeitería, se le dé licencia para que pueda hacer sanar y sangrar de los… y curar enclavaduras… y baños de… como por ella conste que hecha fue en la villa de Madrid a primero de mes de octubre de 1611. Firmada Roque Manso y Francisco Lorenzo y Juan de Zamora, herradores y albéitares mayores del Rey".

Herramientas para la forja

Al ser un trabajo artesanal, las principales herramientas que se utilizan son: la maza, el martillo, el yunque, las tenazas y un pequeño horno de reverbero. La fragua puede ser de derecha o de izquierda; depende de la posición del herrero. Por norma general, el herrero usa el martillo con la mano derecha, colocando las demás herramientas y el fuelle en el lado izquierdo.

El horno u hornillo consta de un guardafuego, que sirve para retener el carbón que lo alimenta. Este combustible es removido por el "espetón" para remover el carbón y la "cayadilla" que sirve para arrimar el carbón al hogar.

Maza, martillo y yunque en fragua de Agustín Sánchez en Arroba de los Montes foto Jesús Víctor García

Las tenazas y el martillo son de mayor tamaño en relación con las piezas a trabajar; el martillo es de mango largo con un peso de 2 a 5 kilos. El martillo, además de golpear el hierro, podría servir como arma, como ocurre en 1608, cuando el herrero de Yébenes, iba a ser detenido por unas deudas, "amenaza con tirar un martillo al alguacil"

La maza tiene un peso superior a 8 kilos; las goas o mazorcas que salen del horno se cogen con las tenazas y se llevan al yunque,  con la maza se golpea en diferentes sitios para unir el metal y hacer salir las escorias. Una seguidilla toledana describe fielmente este trabajo:

"El herrero en la fragua,
llora y maldice
porque le saltan chispas
a las narices".

En ocasiones, la maza es utilizada para otros fines, como ocurre en 1641 en Navalucillos cuando una familia acude el día de Navidad a la fragua del pueblo donde "toman unos machos" o mazos de herrero que utilizan para romper las puertas de un vecino. O son asaltadas como en el año 1611, es "quebrantada una fragua de Ventas llevándose una reja de arado".

El yunque consta de tabla y cuernos donde suele estar el nombre del fabricante; en la parte inferior hay 4 prolongaciones o garras que deben encajarse en el cepo de madera que, por norma general, era de un tronco de árbol.

Horno de reverbero con el guardafuego, el espetón y cayadilla están colgados en la pared foto Jesús Víctor García

Adicionalmente, se usan otros útiles como "punzones" que son varillas de hierro de diferentes grosores con puntas cónicas que sirven para abrir agujeros en las piezas caldeadas, o "grandidores", una especie de punzón sin punta que, según su nombre indica, sirven para agrandar agujeros, redondearlos y perfeccionarlos.

Otro útil en forma de cuña, llamada "tajadera" cuya función es cortar o producir una hendidura en el hierro caliente apoyado en el yunque.

Comercio del hierro

Existían los mercaderes del hierro, cuya labor era la compraventa de este y sus derivados; en ocasiones realizaban fraude en su comercio, como ocurre en el año 1710, cuando un mercader de Toledo vende hierro "con las pesas que no se ajustan a la ley". No se sabe de dónde procedía el hierro comúnmente utilizado en Toledo en el siglo XV por las numerosas ferrerías, herreros y herradores.

Estos mercaderes en ocasiones venden el hierro con un precio superior regulado por las ordenanzas, como ocurre en el año 1628 en el pueblo de Yébenes cuando es procesado Francisco de Ayala Nieto, mercader de hierro que "lo ha vendido y vende a diez y ocho maravedíes la libra, no debiéndolo vender a más de diez y seis maravedíes. En las antiguas ordenanzas municipales de Toledo de 1400 ya empezaban a fijar el precio del hierro: "Por ende, ordenaron e mandaron que los ferraros vendan e den el fierro labrado, fierro puro bien labrado e bien fecho de labor gruesa, así como azadas e azadones e rejas e palancas e toda la otra lavar gruesa a once dineros la libra"

El hierro que compra el herrero se denomina "palastro" y para ser idóneo para la forja, debe estar unido, brillante y sonoro; además, se debe doblar por el mismo sitio dos o tres veces sin quebrarse.

Los métodos para comprobar la calidad del hierro comprado son dos métodos:

En frío, cortándose con una cizalla una barra; si el corte es limpio, es un hierro fuerte; si es blando, se rasga.

En caliente, se coloca la barra en el horno y se calienta al rojo vivo; después se dobla a un lado y al lado opuesto. Se vuelve a doblar a un lado y a otro, cuando ha pasado a un rojo oscuro, finalmente se dobla cuando se ha enfriado por completo hasta juntar los extremos parecidos a unas pinzas; si no se rompe, es hierro dulce; si se rompe al segundo doble en caliente, es un hierro quebradizo.

Defectos del hierro

—Son las grietas o pelos que salen debido a la acción muy violenta del martillo sobre un hierro agrio. Un "hierro agrio" es un metal duro, frágil y quebradizo que se rompe o se agrieta fácilmente, lo opuesto es un "hierro dulce" siendo más maleable y dúctil.

Pajas, son pequeñas laminitas de hierro casi desprendidas de la masa, a la que solo se unen por la parte de su borde. Cuando son abundantes y de mayor tamaño, se llaman escamas.

Venteaduras, son los huecos cilíndricos del interior de la masa, que al pasar la lima  se descubre fácilmente y se forman por una burbuja de aire en la forja.

Según el testimonio de  Antonio Galán Ruiz, es porque el hierro "se ha pasado con el temple porque le ha dado demasiado calor y se ha enfriado antes del tiempo" llamado por los maestros "venteado". Comenta que "el acero es como la carne con sus fibras, si se calienta mucho se ventean estas y al dar con el martillo se parten".

El trabajo del herrero

En la descripción de Jiménez de Gregorio del pueblo de Arroba de los Montes en 1967 narra el día a día siendo unos de los protagonista el herrero, "las calles empedradas están llenas de paja, que las mujeres pacientemente, van amontonando a pie de sus puerta. Perros y gallinas lo invaden todo en las primeras horas del alba, en la plaza, donde está la iglesia, hacen churros al aire libre, venden aguaderas de esparto y vajilla barata. La falta de agua corriente, obliga a las mujeres desde el más temprano amanecer, a situar en correcta y larga fila sus cántaros, en espera del ansiado turno, al pie de la fuente. Aquí, en la plaza, abrevan las vacas, haciendo sonar sus cencerros de bronce con badajos de palo. Suena el martillo del herrero en la fragua cercana, oyéndole  el maldecir de unas vecinas contra otras, y el porquerizo de la piara del pueblo sopla el cuerno para anunciar la recogida de los guarros, enrojeciendo al soplar el viejo cuerno, dando apagados tonos. Parece que el pueblo de Arroba está más descuidado que el de Alcoba o Navalpino, de más pobreza".

Según un testimonio del herrero Antonio Galán Ruiz de Arroba de los Montes en 1945 dice que se trabajaba todos los días de la semana, de lunes a viernes en la fragua y el fin de semana, en el campo, arrancando cepas de brezo para luego hacer carbón para el hornillo. Se levantaban a la 6 de la mañana a encender el hornillo, a las 8 de la mañana se cambiaban las herraduras y se llevaban las rejas aguzadas del arado, mientras dejaban las desgastadas. A continuación empezaban con los encargos domésticos como ventanas o puertas y arreglos más complicados, como arreglos de ruedas de carros.

El trabajo en la fragua absorbe todo el tiempo para otras faenas en el campo, por lo que tienen que buscar asalariados, como ocurre con un herrero llamado Mateo Pérez de Yébenes, que no paga la cantidad debida a un agricultor por haberle segado una tierra en 1621. Como norma general, las fraguas estaban próximas a una fuente de agua para el temple del metal, algunas estaban al lado de un arroyo y otras tenían un pila llena de agua. 

El pago al herrero en ocasiones se realizaba con un sistema de trueque, un intercambio directo de bienes o servicios por otros, sin usar dinero, este sistema se basa en un acuerdo mutuo para satisfacer necesidades. Debido a la escasez de moneda en la Edad Media, se usaba un sistema de crédito con "tarja" para efectuar el pago en la época de la cosecha. La tarja es un palo rectangular de madera entre 15 y 20 cm que servía para apuntar mediante muescas realizadas con una navaja en las esquinas, los cuartos, medios o kilos de cualquier mercancía. Eran usados por los herreros para apuntar los aguces de las rejas de los arados o las herraduras que colocaban en las caballerías.
 
Cepa de brezo para obtener carbón vegetal para la fragua foto Jesús Víctor García

Para forjar el hierro se utiliza carbón vegetal de brezo; su producción era casi toda consumida por los herreros en sus fraguas. Los pueblos de los montes también abastecen a los habitantes de las ciudades con carbón producido en las zonas boscosas, destinado a la calefacción doméstica o al suministro de fraguas, mediante contratos a títulos privados. Este carbón era objeto de robo, como ocurre en 1618 en Navalucillos cuando hay "una venta de carbón ilegal a los plateros, cerrajeros, herreros y otros oficiales de fragua".

La separación y ablandamiento del material férrico se llevaba a cabo en pozos y en crisoles, en los que, alternando capas de carbón y masas de óxido férrico, alimentadas con corrientes de aire, se producía el calentamiento del mineral, con el cual la unión del oxígeno y el hierro quedaba debilitada.


Fragua antigua en Arroba de los Montes foto Jesús Víctor García

El herrero debe tomarse el tiempo preciso para que el grado de reblandecimiento llegue a toda la pieza e imprimirle la forma deseada, ya que si continúa en el fuego, se quema y pierde sus buenas cualidades. Si el hierro es demasiado grueso y el fuego es muy vivo desde el principio, la superficie se calienta antes que haya llegado al interior y entonces el hierro se ha "pasado"

En el siglo XII y XIII predominan los hornos de reverbero (para el ablandamiento) y hornos mozárabes (para la licuefacción), ambos ya dotados de fuelles para la inyección del aire; que eran fuelles de funcionamiento manual, Por eso es necesario llevar el fuego lentamente desde el principio al final, para eso se utilizan estos fuelles o regando el carbón del hornillo con agua para moderar la combustión.

Con estos nuevos sistemas se podía hacer un primer templado, dejar enfriar la masa y someterla a un segundo calentamiento, con lo cual se obtenía una especie de acero de gran fortaleza. Por término medio, para forjar una herradura es necesario calentarla dos veces en el fogón y batirla otras dos veces en el yunque.

Dentro de los herreros habría que distinguir a los herradores, especializados en el herraje además de  fabrican rejas para los arados de mano, ventanas, palancas cucharas y hasta ostiarios para fabricar hostias para las misas, en 1621, en el pueblo de Horcajo de los Montes hay una causa cuando "el sacristán golpea a un hijo suyo con un hierro de fabricar hostias y le ha causado grandes daños".

Otra innovación fue la soldadura a la calda, consistente en la unión de dos piezas de hierro con calor y un adhesivo consistente en arena de río o una placa de metal para facilitar esta junta. Según los testimonios de los herreros locales, "la arena es para revenir el hierro y se pegue uno con otro y soldar los dos trozos". 


Yegua herrada en Arroba de los Montes foto Jesús Víctor García

Cuando el cliente aporta el metal al herrero, este tiene que pesarse a la entrada y, posteriormente, cuando es entregada la herramienta para así evitar fraudes en el peso, "que el herrero tome peso e dé por peso cualquier cosa que tomare". 

El temple es un tratamiento térmico que consiste en calentar el metal a unas elevadas temperaturas, según el testimonio del herrero Antonio Galán Ruiz ,"cuando el hierro empezaba a derretirse", se enfriaba bruscamente en agua o aceite para endurecerlo. El herrero al calentar el hierro en la fragua puede estimar su temperatura visualmente durante el tratamiento térmico, que va desde el rojo, naranja y amarillo, de menor a mayor temperatura.

Jesús Víctor y el herrero Antonio Galán Ruiz foto Jesús Víctor García

Comenta Antonio Galán Ruiz que, después del temple, en la fase del revenido, había tres carreras. La primera carrera "es azulada muy fuerte" y, cuando ha pasado un poquito de tiempo, viene la segunda carrera, más oscura. Por norma, se enfriaba en la media de la segunda carrera, antes de la tercera carrera para no ventearle. Para comprobarlo, se golpeaba con un cortafrío el hierro y, si se reventaba, es que no estaba templado. El color azul está relacionado con el proceso posterior al temple, ya que el color azul se asocia a temperaturas de enfriamiento más altas, alrededor de 300 grados.   

Moco de herrero o escoria de fragua foto de Jesús Víctor García

Con este proceso se aumentaba la dureza y la resistencia del acero, pero se hace más frágil. Para evitarlo, se realizaba la tarea del revenido, que consiste en un segundo calentamiento a una temperatura inferior, seguido de un enfriamiento mucho más lento, aumentando la tenacidad y flexibilidad, pero reduciendo la dureza. Esta última prueba consistía en pasar un cuerno de cabra  o la uña del dedo gordo en el hierro caliente y, si se quemaba, es que tenía demasiada temperatura; la marca pasaba del marrón al negro según su temperatura, este método solo se utilizaba para el temple con agua y no con el aceite.

Cuando se realizaban hachas, espadas o cuchillos, el temple se realizaba con agua templada o con aceite. En las espadas, si el temple es muy fuerte, se tuercen porque las has calentado mucho o porque no las has enfriado en aceite, dice Antonio Galán Ruiz, que "el aceite siempre reviene".

Causas contra los herreros en los Montes de Toledo

Son numerosas las causas en las que son protagonistas los herreros en la comarca de los Montes de Toledo; debido a su duro trabajo, les forjaban un carácter tosco y con una gran fortaleza física, ocasionando conflictos con las autoridades de los pueblos. En los primeros años del reinado de Abd al-Rahman II, se inició una revuelta en Toledo, dirigida por Hashim al Darrob en el año 829, un herrero toledano. Debido a que en la "Jornada del Foso", habrían muertos familiares cercanos y formó, con numerosos insumisos que fue reclutando, una partida que dedicó a correr los caminos, asaltando caseríos bereberes y granjas en la comarca de Toledo. 

En el año 1622 es denunciado el herrero Juan Gutiérrez por agredir al alcalde de Navahermosa o el inicio del proceso en Ventas en 1728 contra el herrero Damián Becerra "que es hombre provocador e inquieto, cometiendo algunos alborotos y amenazando a los vecinos, llevando pistolas y otras armas prohibidas… y resistiéndose a los ministros de la justicia". 

A veces los útiles fabricados son usados para cometer delitos, como ocurre en el año 1640 en Navahermosa, "contra Sebastián Rodríguez, herrero, que hiere con un cuchillo a Pedro Sánchez Valero después de discutir en la taberna" o la demora en la fabricación de un cuchillo en 1676 cuando el herrero de Yébenes "apuñala a Alfonso García por recriminarle por el retraso en la elaboración de un cuchillo". Muchas veces su trabajo no era valorado, el herrero de El Molinillo hirió a un hombre de Consuegra que no quiso pagarle el arreglo de un azadón en 1616.

Factura del herrero Valeriano Sanchez Gutierrez realizada para el ayuntamiento de Arroba de los Montes en 1967. Archivo Municipal de Arroba de los Montes.

En 1611, el herrero de Arroba discute con un vecino en el corral del Concejo y le dan con una piedra en la cabeza, al final no hay causa, llegando a un acuerdo amistoso. En 1681, el herrero de Peñaescrita y otro vecino de Anchuras, van a Horcajo con la intención de agredir a un vecino del pueblo.

En Navalucillos, el herrero, Gaspar Gutiérrez, agrede "con patadas y puñetazos a Antón Martín" en 1609 y años más tarde, en el mismo lugar, en 1623, un herrero llamado Diego Sánchez Escalonilla se pelea con otro vecino. En ocasiones, su temeridad le ocasiona problemas, como ocurre en Yébenes cuando el herrero Juan Rubio es agredido tras insultar a unos mozos cuando se cruzaban con ellos y llamarlos "anda, tontos" en 1627. 

Un día de 1636, Juan Gómez, herrero de Ventas, cuando trabajaba en la fragua de la plaza y viendo pasar a un vecino le llamó ladrón. Un hombre que vio la escena y le recriminó diciéndole "que era mal dicho tratar a los pobres de esa manera, a lo cual el reo respondió hiriéndole con un martillo en la cabeza".

Otras veces son agredidos, en Retuerta es agredido el herrero llamado Melchor Ruiz con una espada por un vecino del Tiemblo en 1604. O cuando un vecino acuchilla al herrero de Ventas cuando van a detenerlo hiriendo a las justicias" en 1615. En ocasiones las piedras se usaban como arma contra los herreros, en el año 1611, un vecino de Arroba agrede al herrero del pueblo "tiró una piedra a Francisco Herrero a traición, la cual habiéndola tirado le descalabró encima del ojo por encima de la cuenca y le empezó a chorrear sangre por el rostro abajo y esto vio mucha gente que allí se halló".

El herrero del Molinillo, Alonso García de 21 años, fue herido en la cabeza en la madrugada del 5 de mayo de 1613, después de que tres embozados lo atacaran al salir de su casa. El agredido consiguió arrastrarse primero hasta la fragua y luego fue a buscar al barbero para que le curara "que él no se atrevía a curarle por no ser cirujano".

Cuchillo de hierro fabricado por un herrero foto Jesús Víctor García

En el año 1680, en Fontanarejo, se acusa al herrero del pueblo de estupro de la hija de Juan García y de ser el responsable de la paternidad de su criatura, siendo esta la criatura abandonada en una espuerta colgada de un convento de las afueras de Toledo". O en 1743, cuando el herrero de Ventas, llamado Damián Becerra, es encausado por "repetidos escándalos por divertirse con mujeres de todos los estados".

Continuando con los delitos sexuales, el herrero de Ventas "es acusado de estupro por denuncia de la viuda, Isabel de Torres, que fue violada mientras estaba sirviendo en su casa, pariendo después un niño que tiene 14 o 15 meses de edad" en 1583.

Su conocimiento sirve en ocasiones a otros fines ilícitos, como ocurre en Navahermosa en 1634, el herrero es acusado de haber robado "toda la limosna de cepos y cajas de las cofradías de la iglesia, cerrajándola las puertas principales por la noche y a deshora". 

Algunas veces el salario no es suficiente para subsistir y tienen que robar. En 1578, es acusado el herrero de Ventas, "que lleva un tiempo en el pueblo, y que es acusado de ser el autor de un robo en casa de Francisca Ruiz, viuda". 

BIBLIOGRAFÍA :

-Grabación audio del herrero Antonio Galán Ruiz, de Arroba de los Montes

-Agradecimiento a Maria del Carmen García Martín, por mostrarme las herramientas y fragua de su marido.

-Campagnes et Monts de Toléde du XII au XV siécle, Jean Pierre Molénat, 1997.Traducción: Jesús Víctor García .

-Las ordenanzas municipales  antiguas de Toledo de 1400 de la ciudad de Toledo, Pilar Morollón Hernández, Espacio, Tiempo y Forma, Serie III, Hª Medieval, t. 18, 2005, págs.. 265-439. 

-Las Ordenanzas de Navalpino, lugar de los Montes de Toledo, en el siglo XVI. Fernando Jiménez de Gregorio. 1578.

-Los pueblos de la provincia de Toledo hasta finalizar el siglo XVIII, Tomo V, Fernando Jiménez de Gregorio. Toledo. Diputación  Provincial.1986.

- Academia de autoridades (G-M) 1734.Real Academia de la Lengua Española.

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-La forja, materiales y técnica en el medievo. Doctor Herbert González Zymla. Departamento de Historia del Arte Medieval. Universidad Complutense de Madrid.

-Tratado completo del arte de Herrar y Forjar por M. A. Rey, profesor escuela veterinaria de Lyon. traducido al español por la Redacción de la Veterinaria Española. Madrid, Imprenta de Beltrán y Viñas. Estrella 17. 1859.

-Catastro de la Ensenada 1752. Arroba de los Montes

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-La tarja en Arroba de los Montes. Jesús Víctor García. Revista de Estudios Monteños. N.º 159

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-Seguidillas Toledanas, Gonzalo Payo. Revista de Estudios Monteños. N.º 181.

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A.M. de Toledo Caja 6255. Causa 1641. Horcajo 1697
-A.M. de Toledo  Caja 6224  Causa  520.  Navahermosa. 1620.
-A.M. de Toledo  Caja 6212. Causa  137.  Navahermosa 1634
-A.M. de Toledo  Caja 6330  Causa 3819. Navalucillos. 1609
-A.M. de Toledo  Caja 6333  Causa 3945. Navalucillos 1618  
-A.M. de Toledo  Caja 6334  Causa 4015. Navalucillos. 1623
-A.M. de Toledo  Caja 6338  Causa 4139. Navalucillos.1641
-A.M. de Toledo  Caja 6380. Causa 5359. Toledo.1257
-A.M. de Toledo  Caja 6419  Causa 6457  Yébenes. 1608.
-A.M. de Toledo  Caja 6216  Causa  283.  Yébenes. 1621
-A.M. de Toledo  Caja 6439  Causa 7077  Yébenes, 1627
-A.M. de Toledo  Caja 6439. Causa 7102. Yébenes. 1628
-A.M. de Toledo  Caja 6461  Causa 7618  Yébenes, 1676.
-A.M. de Toledo  Caja 6387  Causa  5507 Ventas.1538
-A.M. de Toledo  Caja 6386  Causa  5488 Ventas.1578
-A.M. de Toledo  Caja 6390. Causa 5603. Ventas 1611
-A.M. de Toledo  Caja 6391  Causa  5645.Ventas .1615
-A.M. de Toledo  Caja 6397  Causa  5881 Ventas. 1632
-A.M. de Toledo  Caja 6226  Causa  589.  Ventas. 1728.
-A.M. de Toledo  Caja 6407. Causa  6188.Ventas. 1743
-A.M. de Toledo  Caja 6359  Causa 4762. Retuerta. 1604
-A.M. de Toledo  Caja 6359  Causa 4786. Retuerta. 1614.


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