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Arroba de los Montes, Ciudad Real, Spain
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viernes, 1 de octubre de 2010

Pedro de Arroba minero y testador de un convento de monjas en Quito (ECUADOR)



Soldados en los frescos de la iglesia de Arroba de los Montes


JESÚS VÍCTOR GARCÍA

En primer lugar no sabemos a ciencia cierta que Pedro de Arroba, procediera del actual pueblo de Arroba delos Montes, pero la hipotesis viene dada porque posiblemente este hombre sea un judio converso o "marrano", que era la la  forma despectiva en la cual eran denominados los judíos de España y Portugal obligados a convertirse al cristianismo, y que seguían conservando sus costumbres y religión. Parece apoyar la hipótesis del origen sefardí de esa palabra, la temprana alusión de la palabra “marra” (amargura) que se describe en Éxodo (Shemot) 15: 22-23 “Y condujo Moisés a Israel desde el mar Rojo por el desierto de Shur, por el cual anduvieron tres días sin hallar agua. Y llegaron a un lugar donde encontraron aguas amargas que no pudieron beber, motivo por el que llamaron a este sitio Marra (amargura)”.Según esto el significado que para un judío converso tendría la palabra "marranus" (marrano) sería: “forzado a la amargura”.
Actualmente el apellido "Arroba" está distribuido mayoritariamente en Toledo y Badajoz, siendo nuestro pueblo en la Edad Media perteneciente al Toledo y estado en el limite con la provincia de Badajoz refuerza este argumento.
El adelantado Don Juan de Salinas Loyola  desde Santa María de Nieva, comenzó uno de los viajes más largos y temerarios  de que tiene noticia la historia de la conquista americana, pues partiendo de la recién fundada Santa María de Nieva volvió a Santiago, embarcándose hacia el Marañón y navegando este río en toda su extensión, luego de acometer la osada empresa de cruzar el Pongo de Manserriche. Pasado el Pongo donde perdió mucha gente, canoas y pertrechos, navegó el Marañón aguas abajo hasta llegar a la boca del río Pastaza a este cauce lo remontó aguas arriba hasta llegar a la laguna de Rimache. Retornó al Marañón y navegó este río hasta su confluencia con el Ucayali; prosiguió la navegación hacia el sur aguas arriba por este río al que llamó San Miguel, recorriéndolo en toda su extensión, hasta llegar a las bocas del Urubamba a las espaldas del Cuzco. Esta empresa se tomó a Salinas dos años un mes y 20 días.
El 28 de Agosto de 1559 volvió a Loja tras una expedición de dos años y un mes, en la que se descubrió la cuenca del Marañón-Ucayali, origen del gran río de las Amazonas; sin embargo, durante su largo ausencia, algunas de las ciudades recién fundadas se habían despoblado.
Es posible que en esta expediccion participara Pedro de Arroba, y al final de ella se instalara como minero para explotar el oro existente en las numerosas minas descubiertas.
La riqueza de las minas de oro en este sector, así como su distancia enorme en relación con los lugares en donde se asentaba el Tribunal de la Inquisición o sus delegados, sería lo que favoreció en todo tiempo a que grupos perseguidos buscaran cobijo en tierras como  estas.
Por otra parte, al revisar el listado de los mineros que participaron en la explotación de los yacimientos auríferos de Nambija y Santiago de las Montañas, y que se encuentra en la sección “Cuentas de Propios de la Real Hacienda, entre los años 1561- 1565”, del  Achivo Municipal de Quito, encontramos que en ellos laboraban: Antonio de Aceituno,Juan de Aguilar, Domingo de Agurto, Juan de Alba, Juan Francisco Alemán, Diego Alvarez, Lope de Angulo, Juan de Aragón, Garcia de Araujo, Pedro de Arroba, Pedro de Arrigurriaga, Alonso Azorero, Diego de Baeza, Juan de Balladares, Hernando Baraona, Juan de Barrasueta, Asencio Becerra, Bartolomé Benítez, San Juan de  Bermeo , Pedro de Bilbao, Juan Bustamante, Francisco Caballero, Pedro de la Cadena, Lorenzo Calvo, Bernaldino Calvo, Diego Collazos, Antón de la Calle, Gonzalo de la Cárcel, Martín Carranza, Bautista Carrión, Agustín Castañeda, Juan Castellanos, Francisco Cervantes, Juan de Cuenca, Sancho de Chavarría, Marcos Daniel, Pedro de Escobar, Juan de Estrada, Francisco Fernández de los Rios, Gregorio Fernández, Juan Fernández, Francisco Figueroa, Bernabé Fonseca, Bartolomé Fonseca, Juan de Fromesta, Alonso de Fuentes, Francisco Galán, Domingo Gamarra, Esteban García, Diego García, Francisco Gómez, Diego Gómez, Damián Gómez, Gómez de Moscoso,Juan González, Jorge González, Alonso González, Francisco Grande, Francisco de Heredia Melgossa, Gines Hernández, Bartolomé Hernández, Alonso Hernández,Gonzalo Hernández, García Hernández, Manuel Hernández, Guillermo Hernández,Pedro Hernández de Orellana, Diego Hernández de Serpa, Alvaro de Herrera, Diego deHerrera, Luis Hurtado, Pedro de Ibarra, Francisco de Icáciga, Martín Icaza, Martín Izazi, Bartolomé Isquierdo, Juan Jiménez, Antonio de León, Diego López, Juan López de Lersundi, Bartolomé López, Pedro López Pavón, Martín López, Antonio López de Herrera, Alonso Lazorero, Francisco Macias, Martín de Mafla, Juan Maldonado, Joanes Manaria, Juan Martín, Lorenzo Martín, Andrés Martín, Antonio Martín, Luis Martín,Diego Márquez, Melchor Méndez, Bartolomé Méndez, Gaspar de Mendoza, Miguel de Miranda, Hernando Morcillo, Miño de Monsalve, Miguel de Monzón, Pedro de Murcia, Jerónimo Navarro, Juanes de Navarra, Juan de Narváez, Antón Nuñez, Lorenzo Nuñez, Juanes Oleta, Hernando de Orellana, Gonzalo Osorio, Pedro Pacheco, Diego de Palacios, Francisco Pérez de Castro, García Perez de Arleta, Vicencio Pérez, sacritán Diego Pérez, Isabel Picaza, Juan Pizarro, Hector de Puga, Quintero, Antón de Reguera, Marcial de los Reyes, Rodrigo de Rivadeneira, Hernando de Rivas, Hernando de Rojas, Francisco de Rojas, Bartolomé Rodríguez, Felipe Rodríguez, Gonzalo Rodríguez,Francisco Rodríguez Cueto, Juán Román, Cristobal Ruiz, Simón Ruiz, Francisco de Salas, Pedro Sánchez, Gaspar Sánchez, Juan Bautista Sánchez, Alonso Sánchez, Juan de Sandi, Francisco de Santa Gedea, Alvaro de Sepúlveda, Antón de Sevilla, Alonso de Sosa, Alonso de Valencia, Juan de Valladolid, Gonzalo de Vargas, Luis Vásquez, Rui Vásquez Parra, Juan de Vega, Diego de Vega, Catalina de Vergara y Esteban Villar, en esta lista se puede notar la presencia  de Pedro de Arroba.

Gracias a este pequeño recuento de la exploración del alto Amazonas, nos es factible conocer que ya desde esa época tan temprana de la colonización, un nutrido número de  mrranos participaron en élla, atraídos a no dudarlo por sus riquezas auríferas tan ponderadas y porque además esta comarca tan distante e inaccesible, los ponía lejos del alcance del largo brazo de la Inquisición, y además porque gozaban de la decidida protección del Gobernador de Yaguarzongo.
El historiador Hernán Gallardo Moscoso en su obra: “Historia Social del Sur del Ecuador”, recoge algunos fragmentos de una crónica de la época que nos hacen saber que a parte de los mineros y encomenderos “también vinieron, a poco de la fundación, hispanos pobres e industriosos que enseñaban lo que sabían a algunos aborígenes, no todos los vecinos hablaban bien el castizo y vivían aplastados por sus paisanos, sufrían humillaciones y trabajaban callados y con dignidad”, en otro fragmento de la crónica de la época tomadas por el mismo historiador, no habla de la existencia de“ermitas sin Cristo en el altar ni muerto, ni vivo, ni crucificado, ni con el corazón en la mano”23 . A
estos lugares es donde iban a orar y a llorar estos hispanos pobres y sometidos, y que vivían del trabajo de sus manos.

La riqueza de las minas de oro en este sector, así como su distancia enorme en relación con los lugares en donde se asentaba el Tribunal de la Inquisición o sus delegados, sería lo que favoreció en todo tiempo a que grupos perseguidos buscaran cobijo en tierras como estas.
Este Pedro de Arroba fallece en la ciudad de Quito sin  testamento, y que este segun el obispo sirva su dinero para la fundacion y construccion de un monasterio de Monjas.

En el Volumen VIII, pág. 124, de la edición de los Libros de Cabildo de la ciudad de Quito, se halla el Acta de la sesión en que se trató y resolvió sobre la petición de fray Pedro de la Peña. El acta no tiene fecha; pero se halla entre las del 12 y 22 de agosto de 1575.

En tiempo del obispo fray Pedro de la Peña, en 1577, se fundó el primer convento de monjas de la ciudad, en la manzana de la esquina noroccidental de la plaza grande: el monasterio de la Pura y Limpia Concepción. La iglesia definitiva se terminó en la primera mitad del XVII, se revistió su única nave de madera tallada y dorada y se la enriqueció con hermosos retablos, quince en total. El retablo del altar mayor estaba decorado con dieciséis grandes espejos, con preciosas molduras

Dice así:



"En este Cabildo se leyó una petición que el Reverendísimo, Señor Obispo deste Obispado dio cerca de que se funde en esta ciudad un Monesterio de monjas, y a ella se respondió lo que va escripto o firmado del Escribano deste Cabildo, y estos Señores demás de aquello dixeron que les parece quel dicho Monesterio se funde e haga en la cuadra del Chantre don Diego de Salas ques frontero de las casas de Hernando de la Parra difunto por ser en la calle de las prencipales desta ciudad e más cómoda para el dicho efeto; y que por ser obra tan santa y enderezada en el servicio de Dios Nuestro Señor, bien e utilidad desta ciudad e de los vecinos e moradores della, mandaron que por parte deste Cabildo se suplique a los Señores Presidente de Oidores desta Real Audiencia que en nombre de Su Majestad e atendiendo a su Real voluntad que por sus Reales Cédulas tiene declarado e cometido a los dichos señores, para que de los bienes de Pedro de Arroba difunto, que quedaron por su fin e muerte, por morir abintestato, se destribuyesen a voluntad del Señor Obispo de este Obispado; e pues el dicho Señor Obispo por la petición que hoy dio en este Cabildo declara que los dichos pesos será bien se gasten en el dicho Monesterio, se haga e se pida el cumplimiento de las dichas Reales Cédulas, para que haya efeto, y que en todas las cosas e casos posibles a esta ciudad se favorezca, para que haya efeto el dicho Monesterio; y mandaron quel Procurador desta ciudad lo pida con parecer del Abogado e Acesor della, y que los señores alcalde Francisco Flores Bastidas, y fator Juan Rodríguez o capitán Ribera con el Asesor de la ciudad, vayan a informar dello a los Señores Presidente e Oidores."

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