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Arroba de los Montes, Ciudad Real, Spain
INVESTIGACION Y DIVULGACION DE ARROBA DE LOS MONTES

viernes, 1 de junio de 2018

COHECHO O MAL USO DE OFICIO PUBLICO EN ARROBA DE LOS MONTES 1559-1774


JESÚS VÍCTOR GARCÍA

El incumplimiento de los deberes de servidor publico es comparable a la prevaricación en que por acción u omisión se dicta una resolución arbitraria en un asunto administrativo o judicial a sabiendas de que es injusta y contraria a la ley. 
La omisión de los deberes por parte de la autoridad eran por intereses económicos o familiares, por dejadez, por ignorancia o por intereses políticos.

El ayuntamiento de Toledo se lucraba de los beneficios de las explotación de los recursos de los pueblos de los Montes de Toledo, al tener su jurisdicción sobre los pueblos nombraba al fiel del juzgado de montes, cuyo cometido era vigilar la conducta de los alcaldes y regidores de los montes.
Los cargos municipales aportaba prestigio a los vecinos que ejercían pero en la realidad nadie quería "cargos sin dinero" ya que solo servía para enemistarse con sus vecinos o conocidos.
Ayuntamiento de Arroba de los Montes construido sobre las ruinas del anterior (foto del autor)

El ayuntamiento incentivaba que los vecinos de los pueblos de los Montes de Toledo denunciasen las actuaciones ilegales de los poderes concejiles ya que los medios humanos y materiales eran escasos para resolver las investigaciones de los delitos.  Por ello, la ciudad de Toledo, incentivaban los chivatazos y soplo por parte de los vecinos de algunos delitos con recompensas para el delatador.

Los delitos era denunciado por la victima, por una persona afectada o por cualquier persona que fuera testigo de los hechos 

El archivo municipal del ayuntamiento de Toledo tiene 31 causas por mal uso de oficio publico ocurrido en Arroba de los Montes.

 LOS ALCALDES

La jurisdicción del alcalde era limitada donde podían resolver conflictos civiles de poca cuantía entre sus vecinos. Se ocupa de las diligencias preliminares  y cuando no podían eran los escribanos quien  continuaba con las actuaciones.
En ocasiones los alcaldes eran obligados a aceptar el cargo sin una mínima formación, sin saber leer y escribir, por lo que en realidad los que mandaban eran los escribanos. Por eso muchos de estos alcaldes son meros siervos de las autoridades de Toledo, siendo por ello, despreciados y vilipendiados.

Muchas veces los alcaldes busca su propio beneficio económico, ejerciendo su cargo con este fin siendo denunciados por "mal uso de oficio publico". Por eso hay un numero elevado de denuncias por cohecho a alcaldes, guardas de montes, aguaciles o escribano. En las relaciones de Felipe II de 1576 de Arroba de los Montes se afirma que "la ciudad de Toledo la viene a visitar de año en año y toma cuenta de los alcaldes y regidores" teniendo mayor control sobre los pueblos de sus propios que los pueblos de su jurisdicción.


Existen denuncias por mal uso de oficio publico por otro concejos por el pago de los impuestos., como ocurre en Enero de 1559 cuando el concejo de Fontanarejo denuncia a los alcaldes de Arroba de los Montes por el procedimiento habitual del  reparto de la alcabala que tenían que pagar a Toledo entre las localidades de la Comarca. La denuncia fue puesta por Pedro García de Miguel en nombre del concejo de Fontanarejo contra Miguel Hernández y Diego Muñoz, alcaldes de Arroba. "En el año 1559 están aquellos pleitos seguidos durante los años 1559, 1613, 1614 entre el concejo de Arroba, Fontanarejo, Navalpino y Alcoba sobre que sus justicias se junten en el lugar de Arroba con los del dicho lugar de Arroba para hacer los repartimientos de las tercias, y alcabalas y sobre la justicia y regimiento. Arroba haga las posturas y demás juntamientos en la ermita de San Marcos y tenga jurisdicción en la ermita. Sentencia a favor del dicho lugar de Arroba". CAUSAS CRIMINALES. Caja 471

La alcabala es un impuesto que en 1585 se definía como "es la propia paga del rey", según el diccionario de la Real Academia de Autoridades de 1726 dice "tributo o derecho real, que se cobra de todo de lo que se vende, pagando el vendedor pagando el vendedor un tanto por ciento de toda la cantidad que importo la cosa vendida. Voz árabe (según P.Alcala) de "Cabala o Cabale" que significa recibir, cobrar o entregar, añadido al articulo "Al". También puede venir (según Covarrubias) de "Gabal", que significa limitar, tasar, añadido al articulo "Al", con la corrupción de mudar la "g" en "c", añadida la "a" al final....".
Arroba como cabeza de la Cuadrilla de Arroba agrupaba a Arroba, Hontanarejo, Navalpino y Alcoba, y las alquerías de el Rostro, los Cadozos, Oregan, el Labradillo, Valdongomez, Sanguijuela, Navas de Aceite, Pavorosa, Valdehornos de Arriba, Valdehornos de Abajo, el Avellanarejo y Retamosa.

Los carniceros estaban controlados por el ayuntamiento ya que tienen la venta con carácter de monopolio y tienen ordenados todos sus movimientos en relación con la carne que venden. Los encargados de vigilar a los carniceros de vender a un precio fijo eran los alcaldes. Estos alcaldes en 1633 "cometen diversas irregularidades" en Arroba de los Montes con "el dinero de la obligación de la carnicería".

Los alcaldes, en ocasiones utilizan su cargo para abusar de su poder, como ocurre en el año de 1704 cuando el alcalde de Arroba llamado Juan Ruiz Espinusillo es procesado por "mal uso de oficio publico iniciado por la denuncia de Joaquin de Ayuso por encarcelarle injustamente por una deuda".
Cuando se denunciaba un delito se comunicaba a los regidores o alcaldes, en caso de no solucionarse se quejaba a los jurados y estos solicitaban la resolución del problema a los regidores o alcaldes.

Los alcaldes intentan aprovecharse de su cargo para no pagar impuestos, como ocurre en 1739 cuando se inicia una "causa de oficio por mal uso de oficio publico en Toledo" contra los alcaldes de Arroba de los Montes, Juan Domínguez, Francisco Fernández Ramírez y Juan de Ortega "que se valieron  de sus cargos de alcaldes para evadir el pago del dozavo".

Algunos alcaldes utilizaban su puesto para emplearlo sin escrúpulo, como ocurre en 1742 en Arroba de los Montes cuando su alcalde, abusa de su autoridad sin motivo aparente. En el documento describe que después de una corrida de toro en la plaza de Arroba en la víspera de la Virgen de la Asunción uno de los regidores, Juan de Ayuso Ledesma, entró en la casa de un vecino del pueblo y "asiendo a la mujer de este de la tirilla de la camisa, sacándola de ella hasta las puertas de la dicha casa, diciéndola con voces muy descompuestas que también había para ella cárcel y un cepo, sin que para ello le hubiese dado dicha mujer motivo alguno".
El alcalde de Arroba y de Fontanarejo reunido con el diputado de distrito Sr. Balcázar en un concierto de la banda municipal en Piedrabuena  en 1912. (VIDA MANCHEGA)
Arroba cuando inician un sumario contra una mujer casada con marido ausente desde hace dos años había parido un niño. Cuando los alcaldes conocían un embarazo ilegitimo, muchas veces ayudado por el sacerdote del pueblo, encerraban a la mujer en una casa para evitar el aborto e intentaban conocer el autor.
En 1747 ocurre otro caso similar en Arroba de los Montes cuando una mujer tuvo una criatura y dijo no saber nada de su esposo desde hace 11 años. El autor de su embarazo fue un sastre de Piedrabuena que asistía a las fiestas del pueblo y no siendo la primera vez que estaba embarazada fuera del matrimonio con el que "ha reincidido en este delito vencida de humana flaqueza".

Hay alcaldes imponían trabajos comunitarios para que sirviese como escarmiento en casos leves pero no lo ponían en conocimiento del Juzgado de Montes  como ocurre en 1758 en cuando el alcalde de Arroba, Juan Manuel Torres, es denunciado por el vecino Jacinto Pérez de Ayuso por "ordenarle indebidamente que repare y limpie una zanja".

Los alcaldes condenados por el mal uso de oficio publico solicitaban a la ciudad de Toledo el indulto como ocurre en 1774 cuando el alcalde de Arroba, condenado, "se dirige a Toledo y solicita la remisión de unos autos".
GUARDAS DE MONTES

En 1575 en las "Instrucciones para los guardas de los Montes" se ordenan a estos vigilar para que no se hagan quemas, ni roturaciones, ni talas en los montes. También que tengan licencia los que se aprovechan de la madera, carbón y la entrada de ganado en el montes.

La gran extensión de la comarca de los Montes de Toledo dificultaba el control por parte de las autoridades ya que unos cuantos guardas de montes no podría controlar este territorio. El extenso despoblado era lugar de refugio de huidos y fugados de la justicia. Los vecinos ante la falta de autoridad intentaban explotar los recursos de los montes " los cuales tratan y granjean matando caza y vendiendo corteza, corchos y leña y otras como si fueran propios suyos heredados de sus padres".

Esta labor de vigilancia por parte de los guardas de montes en la cuadrilla de Arroba es puesta en duda cuando Toledo procesa en 1565 a los guardas Pedro de Mendoza y Francisco Nieto por no cumplir con su oficio. Por esto el regidor Juan Ramírez de Arellano (regidor de Toledo desde 1548-1575)  investiga en los pueblos donde tenia su labor de vigilancia los reos.
Según la denuncia "ni salen de los lugares de los dichos propios y montes, ni saben los lugares y mojoneras de los términos de los dichos montes, y no salen a prendar sino a los caminos, y no donde hacen daño y han consumido y consumen mucho daños que se han hecho en los dichos montes, llevando muchos dineros y otras cosas de cohechos y no manifestándolas ante el fiel del juzgado ni ante los jueces nombrados por Toledo, y estándose los dichos guardas con los pastores y carbonero y cazadores comiendo y bebiendo y emborrachándose, por donde los dichos montes se destruyen".

En este proceso se condenó a los guardas de montes, estos recurrieron y la pena fue moderadas en segunda instancia.


JUSTICIAS DEL PUEBLO

Las Ordenanzas de 1574 aprueba y manda "que todos lugares de los montes hay justicia de alcaldes y regidores e alguaciles que en los delitos que sucedieren tenga cargo de hacer información y prender los culpados y que lo que toca a las denunciaciones de las cortas, talas y quemados que denunciaren los arrendadores y guardas..."

Unos de los pilares de la administración de la Justicia de los Montes de Toledo recaída en los alcaldes, regidores y sus oficiales, siendo llamado justicia. Estos cargos eran elegidos por los vecinos del pueblo, generalmente padres de cabeza de familias. El procedimientos se realizaba por sorteo habiendo pueblo donde el mismo individuo era alcalde o regidor en varias ocasiones en su vida.
Cuadrilleros de los Montes de Toledo en la LLega por la Asociación Cultural Montes de Toledo (foto del autor)

Los alcaldes, regidores y aguaciles anualmente ejercía la justicia en los propios y montes de Toledo fueron nombrados por la ciudad por ser "sus vasallos", la ciudad de Toledo pone la justicia seglar. Dichos concejos rurales abiertos y públicos "se reunían a campaña tañida con la han de uso y costumbre", elevaban todos los años las propuesta de Toledo para que elijan los que fuese servido:

Algunas veces se extralimitaban y abusaban de la autoridad como en 1574 los justicias de Arroba de los Montes, Luis de Morales y Juan Triguero, son denunciados por extralimitarse en sus funciones y de "conocer causas en las que no puede entrar".

En 1591, las anormalidades del arrendamiento de la dehesa boyal del pueblo inicia de oficio en Toledo un proceso contra el alcalde y regidores porque han "cometido diversas irregularidades en el arriendo de la dehesa boyal".
Los justicias vigilaban las medidas y pesos del concejo, por dejadez o por interés, permitían el uso de pesos, balanzas o romanas que pesaban bien.
En 1608 en una visita de Toledo se inicia una "causa abierta contra el alcalde y regidores por permitir el uso de una romana que no se ajusta a la ley".

Con intención o sin ella, la justicia de Arroba hacen los repartimientos mal, como ocurre en 1611 cuando se "inicia un proceso por mal uso de oficio publico iniciado en Toledo por denuncia de Pedro de Soria contra el alcalde y los regidores porque reparten un padrón de 24-25.000 maravedíes sin tener licencia para ello". 
El tal Pedro de Soria parece ser el mismo que  había torturado a Pedro, Duque de Estrada y a Alonso López, siendo un ejecutor cuya fama era de muy duro y es la primera referencia de un ejecutor en Toledo. Este personaje al parecer murió ahorcado ya que  Francisco de Quevedo le dedicó unos versos:

"!Quien vio a Perico de Soria, 
sastre de vidas humanas,
matar con un agujón
mas hombres que el beber agua.
Después, en Cabo de Palos,
dio el pobrete con su barca,
y hecho racimo con pies,
se meció de mala gana

Otro caso similar ocurre en 1614 ocurre "contra el alcalde y regidores porque hacen un repartimiento ilegal entre los vecinos" o en Abril de 1615 en la romería de San Marcos, cuando "el alcalde y regidores hacen repartimientos abusivos en la ermita de San Marcos".
Las autoridades de Arroba en 1615 no remiten a Toledo las cuentas del cobro del diezmo ante esta circunstancia se inicia "un proceso de oficio por Toledo contra el alcalde y regidores porque no han remitido a la ciudad de Toledo varias actuaciones en el cobro del diezmo en Arroba".

En ocasiones los alcaldes y regidores toman atribuciones que no les corresponde sino a la ciudad de Toledo como en 1617 se inicia una causa la ciudad de Toledo contra el "alcalde y regidores de Arroba porque no hacen autos y aceptan requisitorias defraudando la jurisdicción a Toledo".

Los justicias del pueblos no ponen muchas veces interés en aplicar las leyes a sus propios vecinos, muchas veces conocidos y familiares. En 1635 se inicia un proceso de oficio "contra el alcalde y regidores que permiten la entrada de reses a dehesas, la tala de arboles sin licencia y otras irregularidades".

En 1684 el alcalde y regidores de Arroba, "durante diferentes años" son acusados de "haber vendido zonas de montes públicos o permitir cercas ilegales".

Los pastos para el ganado que hay en la dehesa para el ganado son vendidos arbitrariamente por las autoridades locales, como ocurre en 1698 cuando se inicia en Arroba de los Montes un proceso "por mal uso de oficio contra el alcalde y regidores " por vender "el derecho de hierba sin licencia".

En ocasiones, los concejos impiden o ralentiza la actividad administrativa a los vecinos, por eso en 1740 el vecino de Arroba de los Montes, Juan Ruiz Oliver, abre "diligencias para que se le dé judicialmente la posesión de una casa que ha comprado a su padre".

La elección de oficios públicos por parte de las autoridades de Arroba eran supuestamente manipuladas como ocurre en 1746 cuando el administrador de varias cofradías del pueblo llamado Pedro Martin Calderón denuncia a "los hermanos Juan y Marcos de Ayuso, regidores, han manipulado la elección del herrero y cirujano del pueblo".
El mismo Pedro Martin Calderón vuelve denunciar al año siguiente en 1747 a las mismas autoridades, a los hermanos Juan y Marcos de Ayuso "por que un vecino acusa de excesos".

El 1 de Agosto de 1787 el alcalde de Arroba de los Montes  denuncia el mal estado y abandono de las causas judiciales en el pueblo, exonerando al fiel del juzgado por lo lejano de la ciudad de Toledo.
En el escrito enviado a Toledo comunica la dejadez de la ciudad de la justicia en los pueblos mas lejanos "resulta frecuentemente las injurias graves contra la Real Jurisdicción, negada la obediencia que se le debe, abolido su respeto, quebrantadas sus providencias, con resistencia formales, improperios y escandalosos, continuación de insultos, desazones civiles, injuriosas y ofensivas entre sus vecinos, en las que concurren otros crímenes como son de venirse a las manos y herirse, y finalmente sin dueño propio las heredades, frutos, esquilimos e industrias con que se vive a causa del libertinaje con que en este asunto proceden".
Es tal la situación que solicita a Toledo que haga las gestiones pertinentes para restablecer la justicia en la comarca, contestando la ciudad que especificara el autor de la denuncia "que especificara los delitos concretos para que iniciase el examen del asunto".



Romana del siglo XIX de Miguel Rojas en Arroba de los Montes

ESCRIBANOS

El escribano se ocupa de poner por escrito las diligencias administrativa y judicial de los alcaldes, siendo muchas veces denunciados por irregularidades siendo junto con los aguaciles los mas corruptos.

La escribanía de Arroba, en un principio escribanía de cuadrilla, son propiedad del Ayuntamiento de Toledo, el cual las arrienda por un año. Los escribanos a través de las denuncias y penas impuestas por las justicias de Arroba son los que controlan los registro del ganado y transacciones para Toledo. Con el fin de controlar a los pueblos de los Montes, Toledo aumenta progresivamente las escribanías de 11 en 1557  a 18 escribanías en 1597 ,eliminando las escribanía de cuadrillas para un mayor control y mas renta para Toledo.

El escribano en ocasiones era sobornado como ocurre en 1610 en Arroba cuando se abre "diligencias parciales por mal uso de oficio contra Benito López, escribano que acepta un soborno".

En 1633, un vecino de Arroba llamado Sebastián Díaz sospecha del uso de las funciones que hace el escribano Manuel López, ante este hecho lo pone en conocimiento de las autoridades "por irregularidades en su oficio".

La ciudad de Toledo ante la denuncia de un vecino de Arroba, llamado Francisco Ramírez, acusa al escribano y a los alcaldes por no aplicar las ordenanzas en Arroba en  Mayo de 1738. Entonces se inicia una causa por "mal uso de oficio publico" contra el escribano Manuel Gómez Garralda y los alcaldes Juan Antonio Gutiérrez y Manuel Martin "que entorpecen la ejecución de los mandamientos de Toledo y cometen irregularidades diversas".
Las autoridades los metieron en prisión porque no respetaron un despacho que había obtenido para posponer un pago al pósito. Las autoridades les metieron en el "cepo" y por bajo de el un yerro que le parece se hizo del propio intento por no haberle habido nunca para que no pudiese sacar ningún pie, cuya prisión no ha visto practicar con persona que haya sido capitular".
Firma del escribano Gabriel José Rodríguez Velasco en el Testamento de Juan Parreño en 1827 en Arroba de los Montes (foto del autor)

Otra acusación para el escribano y alcalde  ocurre en 1739, cuando el cura de Arroba pide la devolución del trigo de Pósito, iniciándose una causa de oficio contra el alcalde Roque Gómez y el escribano Ambrosio García Serrano "reuniéndose en las casas del Concejo para tratar sobre un pleito".

AGUACILES

El aguacil mayor es el encargado de la ejecución de la justicia con carácter supremo, existe dos aguaciles mayores, uno elegido por el rey y otro por el corregidor. 
El aguacil elegido por el rey no puede ostentar su cargo judicial "salvo en los recibimientos de los Reyes"  y esta vinculado a la nobleza toledana.
El aguacil nombrado por el corregidor su jurisdicción se desenvuelve en la ciudad y es en la practicas el verdadero aguacil "ordinario trae vara".

En 1609 un aguacil enojado denuncia en Toledo a Francisco Gutiérrez por irregularidades en el tiempo que fue alcalde de Arroba.

En ocasiones estos aguaciles se extralimitaban en sus funciones como ocurre en Arroba en 1618 cuando se "inicia un proceso en visita por mal uso de oficio publico abierto de oficio contra Baltasar García, aguacil mayor, que retiene a un vecino de Puebla de Don Rodrigo, 25 lechones que le habían sido aprehendidos previamente en el campo pastando sin licencia, sin dar cuenta a la autoridad competente".

MAYORDOMO

En 1636 hay mayordomos de cofradías que se extralimitan en sus funciones como ocurre en Arroba de los Montes,  cuando el mayordomo de la cofradía de San Sebastián, Diego Gutiérrez, es denunciado por el vecino Juan López Caballos por ser "excomulgado por el mayordomo". Ante esta denuncia se inicia una causa de mal "uso de oficio publico abierto por la denuncia de Gaspar Ramírez en nombre de Juan López Caballos". Gaspar Ramírez Quentas es un jurado de Toledo que ejerció desde 1619 al 1643.


BIBLIOGRAFIA

-Archivo Secreto del Ayuntamiento de Toledo. Caja 658-15, Caja 471-03,

-Diccionario de López Tamarid de 1585.

-El fiel del Juzgado de los Propios y Montes de la ciudad de Toledo. Cuadernos de la Historia de España. 1972. Antonio Palomeque Torres.

-Gobierno y administración de la ciudad de Toledo y su termino en la segunda mitad del siglo XVI. Enrique Llorente Toledo.

-Justicia y criminalidad en Toledo y sus Montes en la Edad Moderna. Alfredo Rodríguez González.

-Poder municipal y cabildos de jurados en Toledo en la edad moderna, Francisco José Aranda Pérez.


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